No se lo van a creer pero la EMA, agencia europea del medicamento, acaba de aconsejarnos -no de obligarnos, noooooo- a inocularnos la tercera dosis de Pfizer, por ejemplos meses después de la llamada pauta completa, es decir, dos vacunas. ¿A qué no se lo esperaban? Pura evidencia científica, queridos amigos. Es más: tras un rigurosos análisis yo diría que dentro de seis meses tendremos una cuarta dosis de Pfizer, que será de uso obligatoriamente libre para el conjunto de los ciudadanos. Tras los estudios clínicos correspondientes, naturalmente.   

Relevo: del pánico al virus volvemos al pánico al cambio climático. El caso es vivir con miedo

El exministro Miguel Sebastián ha estado informando sobre la evolución de la pandemia. Y lo ha hecho francamente bien. Ya cuenta en su haber con dos puntos positivos: el precitado seguimiento y haberse dado cuenta, el primer socialista que lo hizo, de que su jefe el señor Zapatero, ecologista de vocación había endeudado a toda España con sus primas a las energías renovables, digamos que con excesiva generosidad.

Pues bien, ha llevado a cabo un informe diario sobre la evolución del coronavirus como el buen estadístico que es: muy completo. Se lo agradezco porque a mí me ha servido de mucho.

Como despedida, Sebastián ha realizado un balance interesante sobre el conjunto de la pandemia, que se fecha, por comodidad expositiva, el 14 de marzo de 2020.

Pues bien, desde entonces, concluye Sebastián, han resultado contagiadas 235 millones de personas, de las cuales 212 millones se han recuperado, 18,4 millones están actualmente pasando la enfermedad y 4,8 millones han fallecido.

La única alternativa al miedo es la confianza en Dios y el buen humor

Divertir instruyendo es nuestro lema. Estas cifras significan que han muerto 2,04 de cada 100 contagiados. Pues hombre, desde luego, hay que mantener la vigilada pero no me parece tan alarmante. Más bien parece, como dice un amigo mío que pasó el Covid y se ha negado a ser vacunado, “una gripe cabreada”.

Todavía no ha terminado, pero el miedo cansa y es por eso por lo que los tiranos se han dado cuenta de que no pueden tirar más de la cuerda. Ya tienen lo que querían: una sociedad sumisa ante el poderoso y cabreada con el vecino de al lado.

Eso sí, como la cosa no da para más, porque el pánico resulta muy cansino, los profesionales del pánico, los que pregonan la tiranía por nuestra salud y nuestra seguridad, han vuelto a la casilla de salida: miedo al cambio climático. Ya no le llaman calentamiento global porque resulta que hemos tenido un invierno muy frío en 2021 y se prevé otro aun más frío en el 2022. Y claro, cuando andas tiritando no procede hablar de calentón global. no conviene mencionar la bicha del calentamiento global, no vaya a ser que el miedo telúrico dé lugar al cachondeo privado.

El caso es vivir con miedo y la única alternativa al miedo es la confianza en Dios y el buen humor.