La degeneración crece en Europa sin ningún tipo de límites e incluso en contra del artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".

El pasado jueves 11, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución que pide a los Estados miembros incluir el aborto (o sea, el asesinato del bebé dentro del útero materno) en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

La resolución, que no es vinculante, fue aprobada por 336 votos a favor, 163 en contra y 39 abstenciones. En el caso español, la resolución fue apoyada por los eurodiputados del PSOE, Sumar, Podemos, Junts, PNV, ERC y BNG. Votaron en contra los europarlamentarios de PP y Vox. Mientras que la delegación de Ciudadanos votó a favor, excepto los eurodiputados José Ramón Bauzá y Susana Solís, quienes votaron 'no'.

Según destaca Religión en Libertad, las entidades provida -que, lógicamente, se oponen a esta resolución- recuerdan que la UE tiene competencias en materia de aborto y que la modificación de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE requeriría unanimidad en el Consejo (donde cada Estado miembro de la UE tiene un voto y cualquier país podría bloquearlo). Es decir, que este cambio en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE solo sería posible si los 27 Estados miembros están de acuerdo. Y países como Polonia, Malta, Eslovaquia y Hungría no parecerían estar muy por la labor...

Esta resolución del Parlamento Europeo se da poco después de la decisión de Francia de incluir el supuesto derecho al aborto en su Constitución

Seguro que la resolución aprobada por el Parlamento Europeo ha sido muy del agrado del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus -como ya lo fue en el caso francés-, con el agravante de que Tedros quiere que se legalice el aborto… ¡hasta el mismo momento del parto!

Afortunadamente, ha habido algunas reacciones a la degeneración del Parlamento Europeo -que ha aprobado fomentar como un derecho el matar niños en el vientre de sus madres, lo que supone una degeneración de la civilización occidental-, como la del secretario general de la Conferencia Episcopal española, Mons Luis Argüello, quien señaló: "Quiere defender a la mujer a costa de la vida que gesta. Dice asegurar el progresismo frente a los reaccionarios, cuando impide el progreso de la vida. Es el reconocimiento de la decadencia moral".

También, poco antes de la aprobación de esa resolución por parte de la Eurocámara, reaccionaron los obispos europeos, que se plantaron y señalaron que “el aborto nunca podrá ser un derecho".

Se dio la circunstancia de que también el jueves 11, mientras la cámara europea aprobaba semejante barbaridad, el Papa Francisco, en una de sus audiencias, volvía a hablar claro contra el aborto, especialmente contra el eugenésico, ese especialmente cruel que mata niños antes de nacer por tener algún tipo de discapacidad: "La cultura del descarte, de hecho, no tiene fronteras. Hay quienes presumen de poder determinar, basándose en criterios utilitarios y funcionales, cuándo una vida tiene valor y merece la pena ser vivida". (...) "Esto es muy importante, los dos extremos de la vida: se aborta a los niños con discapacidades, y a los ancianos en su fase final se les da la ‘muerte dulce’, la eutanasia, una eutanasia disfrazada, pero siempre es eutanasia, al fin y al cabo". 

Pero vamos a recordar al Parlamento Europeo, explicado por la exenfermera abortista María del Himalaya, lo que es un aborto y algunos de los métodos con los que se realiza este asesinato del ser humano más indefenso de todos.