Jesús Albiol, concejal de Cultura, afirma que quiere «proteger a los menores de contenidos pornográficos» y de los contenidos que pudieran no ser apropiados para su edad. De acuerdo con él, algunos de estos libros podrían ser considerados como "inadecuados" y no serían aptos para la audiencia juvenil. El edil también manifestó su preocupación acerca de lo que él considera la promoción de contenidos "provocativos" y "explícitamente sexuales" por parte de algunos libros que antes estaban disponibles para jóvenes en la biblioteca. Para Albiol, estos materiales no cumplen una función educativa y, en lugar de eso, podrían tener un impacto inadecuado en los menores.

"Burriana es un municipio con una población de más de 25.000 habitantes, y la legislación vigente establece que los libros que abordan temas relacionados con la diversidad sexual y el desarrollo sexual deben mantenerse en una sección específica, distante de los menores de edad", explicó Albiol.

Es lo mismo que persiguen también, por ejemplo, en Florida donde el gobernador republicano Ron de Santis, ha prohibido libros con imágenes sexuales dirigidas a menores de 10 años: adolescentes masturbándose, parejas de lesbianas, gays y heterosexuales en posturas de sexo explícito... De hecho, de Santis se pregunta al respecto: “Si es demasiado gráfico para las noticias de las 6 en punto, ¿cómo es que está bien para un niño de 10 años?”

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Y esto es algo que también denuncian los padres cuando se enteran de que a sus hijos se les imparte educación sexual en el colegio: a las niñas se les enseña "a frotarse las vaginas para darse placer" y a los niños a "meterse un dedo en el ano y frotarse la próstata".

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Hasta Canadá llega la oposición de los progenitores a que se impartan este tipo de contenidos a sus hijos. Allí Trudeau empieza a tener un serio problema con las manifestaciones en contra de la ideología de género.