Comienza el curso escolar. El cheque o bono escolar consiste en lo siguiente: el Estado fija el coste de la plaza escolar y, a partir de ahí, ofrece un cheque por hijo a los padres. Así, éstos, que son los únicos titulares del derecho a la libertad de enseñanza, decidirán a qué colegio llevan a sus hijos, según sus principios y según la calidad de los mismos, sea centro público o privado.

Hasta ahora sólo Vox, no el PP, mucho menos el PSOE y todos sus aliados, ha propuesto el bono escolar. Sobre todo en las elecciones de 2019. Para los comicios de 2023 lo escuché menos y ahora, cuando comienza el curso 2025-2026 no oigo a ningún dirigente de Vox hablar de cheque escolar.

Pues bien, la solución es el bono escolar porque es el que responde a los intereses de los padres, no a los políticos, principal patrón educativo, no a los sindicatos ni a los empresarios de la enseñanza privada, sino a los titulares de la libertad de enseñanza: los padres.

Dificultades para implantar el cheque escolar. Son dos:

  1. Exigirá más presupuesto. Claro, como que el puesto en la escuela pública nos cuesta a todos los contribuyentes el doble que en la privada y concertada, una de las verdades ocultas por el progresismo. Por tanto, si se les paga a los centros privados concertados y privados el coste del puesto escolar, eso supone más dinero.
  2. Si se implanta el bono escolar habría colegios, la mayoría privados, que tendrían que ampliar sus plazas y colegios públicos sin alumnos y con los profesores cruzados de brazos. Porque los padres que pueden... llevan a sus hijos a un centro privado y no a uno público.

¿Comienzo de curso? Bono escolar.