Decíamos en Hispanidad que, según los datos del Balance de Criminalidad del Ministerio de Interior, que registran los ilícitos penales denunciados de enero a septiembre en Barcelona, la criminalidad convencional ha crecido en la capital catalaña un 11,6%. 

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Pues bien, ahora publica Metrópoli que según fuentes policiales, los ciudadanos marroquís asentados en la capital catalana, especialmente aquellos que residen y tienen negocios en el distrito de Ciutat Vella, han pedido protección policial a la Guardia Urbana por miedo a los ataques de los delincuentes argelinos. 

Según información de la misma publicación, la comunidad argelina se estaría intentando adueñar del negocio de la marihuana en El Raval. Sin embargo, desde la policía no lo ven tan claro: “La autoría o el manejo de según qué actividades va por épocas”, dicen. “Es verdad que, por ejemplo, la heroína es tema de pakistaníes, pero en general cada grupo intenta de vez en cuando hacerse con algo distinto”. Citan el caso de un grupo de dominicanos que hace unos meses trató de conseguir el monopolio de los narcopisos. Una jugada que no les salió bien: la presión policial les hizo moverse a otras zonas como el Poble-Sec o L’Hospitalet de Llobregat.

Las fuentes policiales consultadas no creen que el barrio del Raval esté tomado por ningún grupo en concreto. “Es muy rotundo decir que los argelinos han tomado el control de la zona”, niegan. Dudan que el Raval pueda llegar a estar controlado algún día por un grupo en concreto. “Eso no quita”, dicen, “que siga habiendo robos violentos y agresiones sexuales cada noche en cada barrio de Ciutat Vella”.