Campus de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Una de las protagonistas, Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona respondía a los estudiantes de periodismo sobre la coalición con el PSC, la seguridad, la vivienda, etc. La charla transcurría con normalidad hasta que una estudiante le ha preguntado por la evolución en su forma de vestir (”de camisetas reivindicativas, a mayor formalidad”) y el cambio si reflejaba una “moderación o maduración política”. No sabemos si Ada habrá madurado, pero lo que dejó claro con su respuesta es que no le gustó nada la pregunta:

Tal contestación a su pregunta ha provocado el llanto en la estudiante. Tanto es así que al finalizar el acto, Colau se ha acercado y le ha pedido disculpas ante comentarios de alumnos y profesorado sobre el tono en que ha respondido a la estudiante. “Me sabe mal haberte contestado tan impulsivamente”, se ha disculpado la alcaldesa.

Según El País, por la tarde, Colau, ha publicado una entrada en Instagram en la que pide disculpas “también en público”. “No me gusta en ningún caso herir o hacer sentir mal a nadie”, afirma al tiempo que lamenta haber perdido la cuenta de las veces que ha “tenido que leer comentarios” sobre su “manera de vestir y su apariencia física, vestidos, conjuntos o incluso si llevo demasiado escote”. En el post, la alcaldesa aprovecha para explicarse ampliamente: “Me compro la ropa como buenamente puedo, con mi dinero y en el poco tiempo que tengo. Y quiero reivindicar mi derecho a repetir conjunto regularmente, a vestir un día más formal y otro más cómoda a llevar alguna mancha en la americana (cosas que pasan cuando tienes hijos pequeños) o a cambiar talones por zapatillas porque me duelen los pies”.

Colau

“Y sobre todo”, finaliza, quiero reivindicar mi derecho a que no se me juzgue como alcaldesa por esto, sino por las políticas que estamos haciendo para mejorar la ciudad”. Queda claro Ada: prefieres que se hable de tu gestión en la Barcelona, ciudad sin ley o en la capital europea de los okupas.