(Oído en radio, visto en TV) José Manuel Albares (RNE): "La relación España-Brasil no se ha deteriorado con Bolsonaro, pero con Lula se va a relanzar"

En RNE, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares apuntaba sobre la victoria de Lula da Silva en Brasil: "Con Lula tenemos una agenda común muy clara: la búsqueda de la justicia social y el progreso. Es importante la apuesta por el multilateralismo". "Esperamos que el nuevo Gobierno haga una apuesta por la CELAC. La relación España-Brasil no se ha deteriorado con Bolsonaro, pero con Lula se va a relanzar".

Sobre el bloqueo en la renovación del CGPJ: "Cumplir con la Constitución no es negociable. No creo que abrir la puerta al delito de sedición haya interferido en la negociación, es una excusa más del PP".

La semana pasada el Partido Popular dio por suspendida la negociación con el Gobierno para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aludiendo a la intención del PSOE de reformar el delito de sedición para contentar al independentismo catalán.

En Onda Cero, Esteban González Pons, vicesecretario institucional del PP, critica que el Gobierno haya elegido contentar al independentismo en lugar de llegar a un acuerdo para la renovación del CGPJ. Asegura que ha hecho "todo lo que estaba en mi mano" para que el acuerdo prosperase, pero "el Gobierno estaba jugando con dos barajas: con los independentistas y con los constitucionalistas" y, finalmente, ha elegido a los independentistas.

"Como constitucionalistas, no podemos llegar a un acuerdo sobre la Constitución con un partido que al mismo tiempo está pactando con los independentistas devaluarla", sostiene Pons sobre la línea roja que el PP trazó desde la primera reunión, donde acordaron no tocar el tema de la sedición.

El pasado martes era la primera fecha para hacer público el acuerdo, pero fracasó. "La negociación no estaba pactada, quedaba el tema principal para que lo discutieran los presidentes, que era qué fórmula se le ofrecía al CGPJ para que plantease un nuevo modelo de elección del Poder Judicial", explica.

En la COPE, Sergio Barbosa afirmaba: "Lo de cumplir la ley bien se lo podrían aplicar el PSOE y sus socios independentistas. Los socialistas maquillaron una fiesta, lo que fue un ejercicio de incomodidad. Nadie se hizo una pregunta clave, ¿por qué el PSOE no saca los más de 200 escaños de entonces? Hubo barones que ante la incomodidad que les provoca su actual dirección ni se presentaron en el acto. El PSOE ha celebrado el pasado más esplendoroso, sin querer ver que el presente y el futuro no es tan claro". "La pregunta que debe hacerse la izquierda es si los potenciales votantes del PP van a votarles por todo lo sucedido en torno a la renovación del poder judicial y del delito de sedición".

En la COPE, Carlos Herrera comentaba: "El argumentario que nos está regalando el PSOE desde que el PP congeló las negociaciones sobre el Poder Judicial es tremebundo. Bueno, la que le cae a Feijóo por todas partes, le llaman rehén de su entorno, insumiso, etc, etc… Con un desahogo, ese desahogo para acusar a tu oponente de todo lo que es perfectamente achacable a tu propio líder. Aquí, ¿quién es el insumiso? ¿Los golpistas catalanes a los que estáis ayudando de una manera escandalosa para eludir la Justicia? El último Puigdemont, que dice que además le viene a visitar gente del PSOE para ofrecerle buenas expectativas personales, etcétera".

En Onda Cero, Carlos Alsina decía: "El escándalo que ahora manifiesta el PP al comprobar que el presidente persevera en su intención de abaratar la sedición es un escándalo impostado. O contagiado. No es un secreto que Sánchez aspira a que todos los implicados en la arremetida contra la Constitución de 2017 queden rehabilitados para hacer política. ¡Quiere beneficiar a quienes delinquieron! A ver, que es el mismo presidente que los indultó. Y que tiene pactado con ellos desjudicializar. Y que ha estado negociando la mesa de diálogo con Junqueras. Y que ha asumido toda la jerga indepe en su forma de describir la cuestión catalana.

A qué tanto escándalo. Para una cosa en la que Sánchez es coherente, que es en desdecirse de todo lo que él mismo prometió a los españoles en la última campaña electoral".

En Onda Cero, Marta García Aller comentaba la subida de los tipos de interés como método utilizado por los Bancos Centrales para frenar la inflación y que afecta negativamente a una grandísima parte de la población: "A pesar del riesgo de recesión, el BCE seguramente siga subiendo tipos para frenar la inflación, algo que de momento no está consiguiendo. Eso significa que los que se vayan a comprar una casa van a tener que pagar cada vez más por el préstamo o decidirse por una mucho más pequeña. Y también pone en alerta a los ya hipotecados, que cada final de mes echan mano de la calculadora para ver lo que les subirá la cuota cuando les toque la revisión.

Esos 300 euros de más al mes, es decir, 300 euros menos en la cuenta, sí que se notan en la cesta de la compra, esa que tanto preocupaba hace un mes y pico y de la que ya no hablamos tanto. En este tiempo no solo no ha habido solución para hacer más accesible el encarecimiento de los alimentos, sino que además al seguir aumentando de precio la vivienda a los hipotecados, se pone más difícil.

La banca lleva tiempo prometiendo que un mecanismo de ayuda para arrimar el hombro. Negocian con el Ministerio de Economía un acuerdo para aliviar el aumento de cuotas a las familias vulnerables, a los que no puedan hacer frente a un incremento de más de 3.000 euros al año de media. Lo que no terminan es de decidirse cómo. Mientras tanto, ya están anunciando es que darán unos dividendos récord. Este será uno de los mejores años de su historia".

En la SER, Ángels Barceló opinaba: "La ajustada victoria de Lula le da toda clase de argumentos para hacer lo que lleva haciendo incluso desde antes de que se conocieran los resultados, cuestionarlos de manera preventiva. Puede Bolsonaro tener la tentación de imitar a Donald Trump. Por eso es inquietante su silencio hasta esta hora, contrastando con la explosión de alegría de los seguidores de Lula y de la cascada de felicitaciones de dirigentes internacionales de países democráticos, algo que puede poner a Bolsonaro en un aprieto si decide cuestionar los resultados. Ganó Lula, perdió Bolsonaro. Ni la victoria de uno ni la derrota del otro va a ser fácil de gestionar en un país completamente partido en dos, pero que el ultraderechista, negacionista, Bolsonaro abandone el poder no es solo una buena noticia para los brasileños —que sobre todo lo es— es una buena noticia para el mundo civilizado. Ver como estos dañinos especímenes políticos pierden en las urnas. Porque con su derrota pierden también el miedo y, sobre todo, pierden también las mentiras, sobre las que basan toda su acción política".