En Onda Cero, Fernando Ónega decía: “Se dirigen a todos los poderes públicos: a la Administración del Estado, a la administración autonómica, a las llamadas fuerzas vivas, a los inversores, incluso al poder del destino.

Es una protesta que algunos podrían llamar transversal, protesta unitaria, levantamiento popular pacífico del que nadie quiere estar ausente: ni partidos, ni sindicatos, ni organizaciones sociales, ni personas a título individual. Es la sociedad sin divisiones y por encima de ideologías. Es un estallido social con epicentro en la capital leonesa, pero con réplicas en Villablino o Ponferrada y con 80.000 personas en la calle en las tres manifestaciones.

Es la confesión del miedo al futuro por la desaparición de sus fuentes de riqueza, como la minería o las energéticas, sin nada que las sustituya. Es el lamento por la marginación y el olvido. Es, como dice la prensa local, un histórico toque de atención. Fijaos en una de las expresiones utilizadas en los mensajes : ‘León, Zamora, Ourense y Asturias están destinadas a ser la nueva Siberia’.

Más dramatismo no se puede poner. León representa hoy la España que se levanta contra las desigualdades, por una parte, y contra la incertidumbre y la despoblación. Todo, acompañado por los tractores, el método de expresión del campo en plena revuelta contra su ruina. León nos hace decir esta mañana: atención, gobernantes, que esta es la España real. La incierta España del miedo. La España que se rebela contra la resignación”.