Curioso fin de semana, en el que a la pugna habitual entre la vicepresidenta primera y la segunda, entre la socialista Nadia Calviño y la comunista Yolanda Díaz, se ha unido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no sólo pretende ganarse el voto moderado, sino también el voto radical.

Sánchez es un trasformista -antes conocido como chaqueteros, hoy como estadistas- que pretende engañar a la extrema izquierda y al voto de centro, todo al mismo tiempo. El presidente del Gobierno carece de ideas pero tiene una idea clara de cómo mantenerse en el sillón de Moncloa aunque para ello debe destruir la economía española. En ello esta.

Cuidado con la advertencia de Sánchez -el más podemita de todos los podemitas- sobre la ley de vivienda, que socava los principios de la propiedad privada

Como dijo Jack el Destripador, “vayamos por partes”. Sánchez y la intelectual del PSOE, Adriana Lastra, gritan que, en efecto: hay que derogar la reforma laboral, tal y como brama la medalla de oro de la hipocresía política española: la vicepresidente Yolanda Díaz. Como ya he dicho, Nadia Calviño… otra vez en fuera de juego.

Y ojo: Bruselas no frenará nada: con Von der Leyen, Europa se ha vuelto sanchista. Es decir, progre e insustancial. La alemana, carita de buena, se ha convertido en el adalid de la frivolidad progre de la Unión: los problemas económicos se solucionan fabricando dinero y produciendo deuda publica, que es como los progres arreglan todos los problemas económicos. Una Europa de vagos y una España de vagos; la economía indolente para entendernos

La reforma laboral de Fátima Báñez era poquita cosa. La única reforma laboral que puede conseguir el pleno empleo es esta: despido libre, impuestos bajos y salarios dignos... contrato único indefinido y terminar con la causalidad

Y habrá que tener cuidado con la advertencia progre de Pedro Sánchez -el más podemita de todos los podemitas- sobre la ley de vivienda, que se aprobará mañana ,martes 25, en consejo de ministros y que socava los principios de la propiedad privada. No es que Podemos gane todas las batallas, es que Sánchez se ha hecho podemita… y algo más.

De Yolanda Díaz, sólo decir que es comunista: trabajar poco, cobrar lo necesario para sobrevivir, no asumir riesgos y trabajo para toda la vida. Y siempre mucho mejor la subvención que el empleo. Y siempre, siempre, ser solidario con el dinero de los demás.

Nadia Calviño ha quedado desautorizada una vez más. Pero, tranquilos, no dimitirá

Por cierto, la reforma laboral de Fátima Báñez era buena… pero poquita cosa. Ahora el sanchismo pretende borrar hasta esa poquita cosa. Lo cierto es que abarató un poco el empleo y acabó con la coña de la ultraactividad pero no se atrevió a hacer la única reforma laboral que puede conducir al pleno empleo: despido libre, impuestos bajos y salarios dignos... contrato único indefinido y terminar con el principio de causalidad.

Un apéndice: Nadia Calviño ha quedado desautorizada una vez más. Pero, tranquilos, no dimitirá.