Borrar cualquier vestigio de cristianismo, una nueva guerra fría frente a Putin (ya tenemos al enemigo necesario), el poder para las grandes empresas y para el Estado, o sea para todo lo grande, muerte a lo pequeño -por ejemplo a la unidad económica familiar-, el imperio del neopanteísmo ecologista, una nueva religión centrada en el cuidado del planeta, que no del hombre... este es el programa de Ursula von der Leyen para la Europa del próximo lustro, la Europa de la derecha pagana, en España representada por Núñez Feijóo y su Partido Popular pero a la que Sánchez aplaude con entusiasmo... si es que Sánchez pueda aplaudir a alguien que no sea a sí mismo.

Socialismo y Democracia Cristiana se funden en uno solo. El primero, además, se ha radicalizado, al absorber al neocomunismo y tras conseguir un gran éxito agitando el espantajo ultra. Así, todo aquel que se enfrente al partido único social-capitalista es un antidemócrata y debe ser perseguido

No hace falta más que ver su nuevo colegio de comisarios, un mix entre las dos fuerzas que han creado la Unión Europea, socialismo y Democracia Cristiana. El hecho de que ambas convivan en un solo gobierno tiene su importancia por cuanto Europa se fundó sobre ambas, sí pero como una alternancia de poder entre dos ideologías enfrentadas, no como una simbiosis que ha convertido el saludable bipartidismo del siglo XX en venenosa simbiosis de agua y aceite. Antes éramos bipartidistas, ahora somos bipolares.

Ahora, el cristianismo, creador de Europa, se identifica con lo ultra y derecha e izquierda se mezclan en un sólo gobierno, en la Comisión Europea. Antes, Europa era bipartidista, ahora es bipolar. Pretende, por ejemplo, mejorar la economía y mejorar la ecología, una mezcla imposible y si fuera posible que lo verde se convierta en ideología y hasta en credo religioso. Recuerden: quien no se afilie con el planeta y contra el hombre es un negacionista... y probablemente antivacunas.

Socialismo y Democracia Cristiana se han fundido en una sola. El primero, además, se ha radicalizado, al absorber al neocomunismo, que tras su derrota en 1989 adquirió nuevas formas y nuevos nombres. Además, el socialismo -reparen en el Sanchismo español- ha conseguido en toda Europa, con gran éxito, agitar el espantajo de la ultraderecha: todo aquel que se enfrente al partido único social-democristiano es un antidemócrata y debe ser perseguido.

La esperanza de cambio no radica ni en Francia ni en Alemania, que no exhiben otra cosa que unas extremas-derechas, asimismo paganas. La esperanza radica en personajes como Giorgia Meloni, que no es un pía católica pero no ha renunciado a su cultura cristiana

La democracia cristiana, verdadera creadora de la Unión Europea, ha pasado a ser cristiana -con viejas ideas cristianas que han enloquecido- de cintura para arriba y muy demócrata de cintura para abajo.

No es una Europa en crisis, es una Europa enferma de bipolaridad, comunmente conocida como esquizofrenia. Ejemplo: el Colegio de Comisarios de doña Ursula von der Leyen: muy plural, o sea, bipolar.

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Pero tranquilos, todo esto aún es susceptible de empeorar. Y así, a la Derecha pagana como forma de gobierno, puede suceder el satanismo... que ya empieza a asomar por el horizonte. Los signos de los tiempos se precipitan.

Y la esperanza de cambio no radica ni en Francia ni en Alemania, que no exhiben otra cosa que unas extremas-derechas asimismo paganas. La esperanza radica en personajes como Giorgia Meloni, que no es un pía católica pero no ha renunciado a su cultura cristiana o algunas otras fuerzas que mantienen los principios cristianos, independientemente de su adscripción clásica a la derecha o a la izquierda, como tampoco ha renunciado a sus principios cristianos, por ejemplo, el perseguido Víctor Orban.

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