The Economist es uno de los abanderados del Nuevo Orden Mundial (NOM). Informar, informa poco, tan sólo pregona la más sectaria cristofobia. Y no se corta un pelo. Así, ha coincidido en dos peticiones de lo más cristianas: asegura que como algunos curas -poquísimos, comprados con los laicos- han perpetrado pederastia, lo que hay que hacer es acabar con el celibato eclesiástico.   

Curas, casaros, no por amor sino para que podaís fornicar, porque nadie puede vivir sin fornicar. Claro que se puede, claro, pero es un esfuerzo demasiado noble como para que pueda ser comprendido por los redactores de The Economist. 

Cura: no puedes estar sin fornicar: pues que se casen y refocilen: piensa el ladrón que todos son de su condición

Lo curioso es que, al mismo tiempo, The Economist, sesudo teólogo, advierte contra la llegada de un cisma dentro de la Iglesia de Roma. Como siempre, el semanario inglés camina con retraso. Hace tiempo que llegó el cisma, que tiene su origen en Alemania, y cuya 'cuestión' no es teológica sino las estupideces habituales de la ideología de género.  

The Economist es el abanderado del capitalismo globalista: ¿Comprenden? 

The Economist, vete al guano.