En El Salvador, el presidente Nayib Bukele va a enviar a la Asamblea Legislativa -dominada por su partido,  Nuevas Ideas (NI)- un proyecto de ley, denominado Ley de Agentes Extranjeros, que fija un impuesto del 30% sobre las donaciones que reciban las ONGS. 

Esto, de entrada, puede parecer cruel e injusto. Pero las claves las dio el propio presidente salvadoreño. 

Porque el anuncio lo realizó después de que un grupo de personas de una comunidad rural protestasen cerca de la residencia del mandatario contra un desalojo por orden judicial.

Bukele acusó a "grupos autodenominados de izquierda y ONG globalistas" de "manipular" a esas "personas humildes". Porque el único objetivo de esas ONG globalistas es "atacar al Gobierno".

Entre esas ONGs globalistas se sitúan las del filámntropo húngaro George Soros (Dios nos libre de los filántropos!), propagador de políticas favorables al aborto, a la ideología de género y al globalismo.

Por ello, Bukele ha decidido implantar ese impuesto para que con ese dinero esas ONGs puedan "cumplir, por fin, su supuesto propósito de ayudar al pueblo"; además, con esos fondos "las familias saldan su deuda y mantienen su vivienda".

Jugada maestra de Bukele y jaque mate a Soros…