Una serie de investigación de tres partes de Project Veritas, denominada “Demasiado joven”, ha visto la luz para denunciar que clínicas de Texas, Nueva York y Nueva Jersey ofrecen bloqueadores de la pubertad a niños de 14 años o menos.

Los periodistas se infiltraron y visitaron casi 50 clínicas diferentes en ocho estados y preguntaron al personal a qué edad se podría admitir a un niño para los procedimientos de transición de género. Uno de los periodistas se hizo pasar por padre de un niño de 10 años que buscaba transicionar. Un trabajador de la clínica Dell Children's Medical Center en Texas, le llegó a reconocer: “Tenemos pacientes que comienzan a los ocho o nueve años. Así que tenemos gente más joven”.

Además, le puso todo tipo de facilidades, asegurándole que en ocasiones sólo es necesaria una visita al médico para acceder a la prescripción de los bloqueadores: “En cuanto a la prescripción, eso depende de la discreción de los prescriptores”, “Puede que sólo requieran un par de citas sólo para ver, puede que sea apropiado después de una”. “No es algo que queramos controlar y exigir que alguien venga a vernos diez veces antes de que se lo receten”, añadió.

Otra grabación muestra a un pediatra del Centro de Salud para Adolescentes Mount Sinai de Nueva York, que afirmó que seguía las pautas de la Asociación Mundial de Profesionales de la Salud Transexual (WPATH) para recomendarle que lo adecuado a los 10 años eran los bloqueadores de pubertad: "eso realmente detiene la pubertad bastante rápido para que no ocurra un mayor desarrollo de las características sexuales secundarias. Cosas como -no hay un desarrollo real del pecho, no hay menstruación. cosas así”.

“Cuando se llega a los 14 años es cuando considero algunas, ya sabe, hormonas de género opuesto”, agregó, argumentando que un niño de 14 años es “lo suficientemente maduro” para tomar tales decisiones médicas. “Necesito que el paciente sea un poco -lo suficientemente maduro como para tomar una decisión relativamente informada. Entiendo que hay algunos niños de 14 años que no son maduros. Pero, en general, suelen ser bastante buenos”.

En la segunda parte de la serie, un trabajador del Centro Babs Siperstein PROUD de Nueva Jersey habla con otro de los periodistas infiltrados que asegura que tiene un hijo que quiere transicionar pero que su familia está residiendo de manera ilegal en el país. De nuevo, todo son facilidades, el trabajar le reconoce que en esa clínica ya se está proporcionando tratamiento hormonal transgénero a un adolescente que llegó ilegalmente a Estados Unidos.

“Teníamos a una niña de 14 o 15 años que seguía siendo indocumentada”, aseguró el trabajador, quien le contó que este menor “se sintió más cómoda” como “chica trans” después de contactarse con “mentores” en el centro. “Ella también acaba de empezar con las hormonas”, dijo. “Lo está haciendo muy bien”.

Además, el programa ha contado con la participación de Prisha Mosley, que se sometió a cirugías transgénero y tratamiento hormonal cuando era adolescente, ahora se arrepiente. Ha contado a Project Veritas su caso y asegura que pudo obtener la recomendación de someterse a una doble mastectomía de un "terapeuta de afirmación de género" certificado por la WPATH tras 30 minutos de charla. 

“Llevé esa carta a un endocrino pediátrico y ese mismo día empecé a tomar testosterona”, dijo. “Ni siquiera un año entero después, a los 18, me sometí a una doble mastectomía radical”.

El reportaje presenta “cómo los jóvenes profesionales médicos no solo permiten, sino que alientan a los niños a comenzar el viaje del tratamiento médico requerido para la transición de género”, dijo Project Veritas.