La salvaje y violenta represión ejercida por la dictadura comunista cubana contra los manifestantes en favor de la democracia ha generado una ola de indignación a nivel mundial y ha puesto de relieve las incoherencias del progresismo occidental, en relación con la tiranía castrista.

Un caso paradigmático ha sido el del gobierno social comunista español, cuya tibia postura en la crisis, evitando incluso los ministros españoles calificar al régimen castrista como dictadura, ha tenido consecuencias en el plano internacional. En particular, no han sentado bien las palabras del presidente español Pedro Sánchez, quien en su esperpéntico tour estadounidense, criticó el embargo a Cuba por parte del gobierno de EEUU.

Mientras en España la izquierda se negaba a condenar los hechos, en EEUU, el Senado aprobó una resolución unánime de condena al régimen cubano. El promotor de la resolución fue el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, el senador demócrata de origen cubano Bob Menéndez. Menéndez ha cuestionado a los países occidentales que se han negado a condenar a la tiranía comunista cubana y le ha dejado un particular recado al gobierno español al señalar: “¿A España le importan más sus inversiones que los derechos humanos en Cuba?”.

Sin embargo, el demócrata y progresista Menéndez no debería dar lecciones al ejecutivo español de Pedro Sánchez, por cuanto la hipocresía demócrata en relación con el avispero comunista cubano es mayor que la del sanchismo.

El 17 de diciembre de 2014 fue la fecha en la que EEUU y Cuba anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, que habían estado interrumpidas durante más de medio siglo

Conviene recordar que el reciente blanqueamiento del castrismo se produjo siendo presidente Barack Obama, vicepresidente Joe Biden y subsecretario de Estado Antony Blinken, este último ahora jefe de la diplomacia estadounidense. Fue el 17 de diciembre de 2014, cuando EEUU y Cuba, anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, que habían estado interrumpidas durante más de medio siglo. Dicho acuerdo implicó el establecimiento de todo tipo de convenios económicos, turísticos y de comunicaciones entre ambos países y, sobre todo, supuso el blanqueamiento a nivel internacional de la dictadura comunista cubana, a la cual el trío Obama-Biden-Blinken, otorgó protagonismo en la esfera global, sin exigirle ningún de tipo de respeto a los derechos humanos ni reformas democráticas en el país.

Sin embargo, la impunidad castrista se vio interrumpida con la llegada a la presidencia del republicano Donald Trump, quien el 16 de junio de 2017, en un discurso pronunciado en Miami, capital del exilio cubano, anunció un cambio de política hacia Cuba, dando marcha atrás al restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la dictadura comunista castrista y manteniendo el embargo económico contra la isla. Las medidas de Trump durante su presidencia fortalecieron a los sectores anticomunistas de América del Sur, no solo en Cuba sino también en otras naciones sometidas al comunismo bolivariano como Venezuela. Sin embargo, todo ello se fue al traste cuando llegó este año a la presidencia el demócrata y actual inquilino del Despacho Oval, Joe Biden, quien anunció su voluntad de revertir la política de Trump hacia Cuba y regresar al punto en donde lo dejó Obama, es decir, en mantener la impunidad de la dictadura castrista y acabar con el embargo.

La impunidad castrista se vio interrumpida con la llegada a la presidencia del republicano Donald Trump

Ahora con el régimen aniquilando a manifestantes pacíficos por las calles de Cuba, Biden da marcha atrás e impondrá sanciones a la isla. ¿En qué quedamos Joe, los Castro son amigos o enemigos? En la mente hipócrita de Biden, la respuesta es siempre la misma: depende del momento. Y es tal la hipocresía progresista que, para aplicar dichas medidas, utiliza al único senador demócrata de origen cubano, Bob Menéndez, quien en sus casi cuatro décadas en política, nunca ha mostrado una gran disposición a combatir al castrismo.

La farsa demócrata no tiene decoro, ¿ahora Biden va a asumir el embargo de Trump?

No lo duden, la postura de Biden es una mera farsa, dado que continúa apoyando la supervivencia de la tiranía comunista cubana. Acudamos por ello a las fuentes que verdaderamente dominan el Partido Demócrata.

El senador republicano por Florida de origen cubano, Marco Rubio, hablando en español, ha exigido que “Biden se tome en serio la grave situación en Cuba” y ha señalado que la respuesta de la Casa Blanca de Biden a la violenta represión del gobierno comunista cubano “ha sido muy débil"

Después del comienzo de las protestas en Cuba, el movimiento marxista Black Lives Matter anunció su apoyo al régimen comunista frente a las protestas de los manifestantes. En el plano institucional, la congresista demócrata y líder del influyente sector antisistema del partido, Alexandria Ocasio Cortez, señaló que el embargo a la dictadura comunista por parte de EEUU es “la contribución estadounidense al sufrimiento de Cuba”.

Pero si todavía tienen dudas acerca de la falsedad de Biden, acudamos a su propio ejecutivo. Por un lado, el secretario de Seguridad Nacional de Biden, el hispano de origen cubano, Alejandro Mayorkas, ha anunciado que los migrantes que huyan de Cuba no serán admitidos en EEUU. Y por otro, Biden acaba de designar como subsecretario de Estado y, por tanto, número dos de la diplomacia estadounidense a Ricardo Zúñiga, quien fue precisamente el negociador del deshielo y la normalización diplomática entre EEUU y Cuba durante la presidencia de Obama.

Después del comienzo de las protestas en Cuba, el movimiento marxista Black Lives Matter, anunció su apoyo al régimen comunista 

A quien no ha engañado la ambigua postura de Biden, es al senador republicano por Florida de origen cubano, Marco Rubio, quien en un vídeo en castellano ha exigido que “Biden se tome en serio la grave situación en Cuba” y ha señalado que la respuesta de la Casa Blanca de Biden a la violenta represión del gobierno comunista cubano “ha sido muy débil”. La opinión de Rubio no es baladí, ya que es una de las voces hispanas más relevantes en la política estadounidense, hasta el punto que, durante la presidencia de Trump, se le consideraba como el secretario de Estado de facto para Hispanoamérica y ha sido el legislador que más ha combatido al comunismo bolivariano desde la Cámara Alta.

Con Biden en la Casa Blanca, tenemos castrismo para rato.