Cristina y Alberto
Esta no es la Argentina que yo conocí. Conocía a una Argentina valiente, no la piltrafa de Fernández y Fernández, Alberto y Cristina.
De ser un paìs defensor de la vida se ha convertido en un siervo del globalismo, del Nuevo Orden Mundial (NOM) en su versión más maligna y hasta más hortera.
Lean la ilustradora historia de la agencia Notivida, donde se relata el “informe nacional voluntario” para el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo los puntos 3 y 5, de los que las empresas e instituciones que se adhieren a esta ignominia global que son los ODS, ocultan, porque saben que son los dos puntos que defienden el aborto.
La genuflexión ante el NOM coincide con otra etapa de hiperinflación y de crisis económica profunda, con protestas en las calles. Ya sabes, si te haces abortista, no necesitas comer. La ONU velará por ti
Y luego está la sumisión a la Agenda 2030, que no es otra cosa que un canto a la plutocracia en nombre de la defensa del planeta, lo más opuesto al mandato cristiano de henchid la tierra y sometedla. Esa misma Agenda 2030 y ese Acuerdo de París que ya han demostrado su completo fracaso: ahora los mismos firmantes, que condenaron el carbón, reabren sus centrales térmicas porque les falta gas para seguir manteniendo su nivel de vida.
Da un poco de repugnancia leer el lenguaje servil de la Casa Rosada frente al Nuevo Orden Mundial. Sobre todo, cuando la genuflexión ante el globalismo plutócrata, coincide con otra etapa de hiperinflación y de crisis económica profunda en la Argentina, con protestas en las calles... que sólo servirán para que el peronismo vuelva a mostrar su cara más violenta.
Y es que, ya sabes, si te haces abortista, no necesitas comer. La ONU velará por ti.