Ventura (Chega), Montenegro (Alianza Democrática) y Nuno (Partido Socialista)
Si por algo me gusta de Alianza Democrática, el PP portugués, liderado por Luis Montenegro y que debería haber ganado las elecciones, es que se llamara y aún se identifique como socialdemocracia. ¿Una socialdemocracia de derechas? Por supuesto. Clavadito a lo de España, donde una socialdemocracia de izquierdas, con Sánchez a la cabezae, en nuestro caso en coalición los comunistas de extrema izquierda de Sumar-Podemos, se enfrenta a una socialdemocracia de derechas, llamada Partido Popular.
Pero lo cierto es que, en cada convocatoria electoral, el español elige entre dos socialdemocracias y lo que es aún peor, entre dos socialdemocracias progresistas. Es decir, entre dos economías de la subvención pública, o sea, dos ruinas económicas y entre dos inmoralidades que defienden el aborto, los 300, quizá 400, tipos de familia y un montón de majaderías más de corte woke.
Luego está el gran triunfador de estas elecciones, el partido Chega (¡Basta!) al que se califica de ultra por ser liberal y a la tildan de gemelo de Vox, aunque no posee el alma cristiana de la formación de Abascal, alma que, al igual que el alma liberal, Vox está perdiendo.
El líder de Chega, Andre Ventura, gran triunfador de la pasada noche electoral en Portugal, se preocupa más de la inmigración que de los no nacidos o de la familia natural: malo. la inmigración es importante pero Cristo lo es aún más.
El éxito electoral de Chega, presunta ultraderecha, responde al hartazgo de muchos europeos, con las dos socialdemocracias progres que dirigen Europa desde finales de la II Guerra Mundial y que tan sólo se distinguen por su grado de cristofobia: mucha en la izquierda socialista y bastante en la derecha... curiosamente llamada democristiana
Vamos con los resultados: con el 99% de los votos escrutados, la Alianza democrática de Luis Montenegro aventajaba por 900 votos, una nimiedad, al Partido socialista del sucesor de Antonio Costa, dimitido por permitir la corrupción en su partido -la corrupción es connatural al socialismo en todo el mundo- y cuyo sucesor es Pedro Nuno. Naturalmente, la diferencia fundamental entre Nuno y el supercaradura de Pedro Sánchez es que el ha perdido por la mínima pero ha reconocido su derrota, por contra, el gran embustero español, perdido las elecciones y ese mismo día dijo que las había ganado y que le correspondía a él formar gobierno.
Al final, el Partido Socialista se ha hundido, la Alianza Democrática, el PP portugués, ha ganado por la mínima y Chega el partido que lidera Andre Ventura, ha alcanzado el 18% de los votos, más que duplicado los obtenidos hace dos años.
Y ahora Montenegro tiene que elegir: o gobernar con los 'ultras' de Chega que sería lo natural, o ir a la gran coalición con el PSOE, para demostrar que es un líder progre de derechas, todo un Núñez Feijóo. Veremos qué hace.
En situación similar, aún peor, porque no quedó el primero sino el segundo, ya sabemos lo que hizo Sánchez: aliarse con los ultras de ultra-izquierda de Sumar-Podemos y aislar al ganador. En Portugal no son tan caraduras pero el ganador bien podría aliarse con los socialistas corruptos con tal de aislar a un partido que, aunque no cristiano, no nos engañemos, sí cree en la meritocracia y, sobre todo, su éxito electoral responde al gran hartazgo de muchos europeos, cada vez más con las dos socialdemocracias progres que dirigen Europa desde finales de la II Guerra Mundial y que tan sólo se distinguen por su grado de cristofobia: mucha en la izquierda socialista y bastante en la derecha pepera.