Patético. El alto representante de la Unión Europa para la política exterior, el socialista español José Borrell, amenaza al Kremlin... nada menos que con "consecuencias masivas" si invade Ucrania. Estoy seguro de que, desde su enorme despacho del Kremlin, Putin no ha dejado de temblar desde que Pepe Borrell pronunciara una amenaza tan radical.

Rusia ya invadió y se anexionó Crimea. Ahora ha acumulado cerca de 100.000 efectivos en la frontera polaca.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya está pensando en ser el futuro gobernador del banco central de Noruega, no en salvar a Ucrania

Para entendernos: responder a una agresión militar con sanciones económicas evidencia la decadencia de Occidente. Si Moscú moviliza 100.000 efectivos para invadir Ucrania hay que oponer fuerzas militares, a ser posible el equivalente a 100.000, no amenazas económicas. Entre otras cosas porque Putin vive del gas y el gas es elemento imprescindible para Europa. Esto es, en tal caso sería Moscú quien puede sancionar a Bruselas dejándole sin gas, no al revés.

A todo esto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya está pensando en ser el futuro gobernador del banco central de Noruega, no en salvar a Ucrania. Desde luego, no se han dado movimientos de tropas de la OTAN en Ucrania.

Y lo peor de todo esto es que Putin lo sabe y continuará retando a Occidente

Vamos que las amenazas a Rusia son un farol. Para ganar una guerra lo primero es convencerse de que a lo que mejor hay que librarla Si el enemigo descubre que no estás dispuesto a arriesgar tu vida, ya has sido derrotado. A eso es a lo que llamo la decadencia de Europa.

Y lo peor de todo esto es que Putin lo sabe y continuará retando a Occidente.

Es la decadencia de Europa: en cuanto alguien ataca la UE le amenaza con no venderle más balas. Como si Moscú las necesitara. Además, lo mismo ocurrió en Crimea, una vez que has invadido Ucrania vete a protestar a Roma.

Ucrania no se merece esto y Europa recuerda aquello de que sólo merece la pena aquel proyecto por el que se está dispuesto a dar la vida. Y Donald Trump tenía razón: Europa debe aprender a defenderse por sí misma.