Empezamos nuestro recorrido por la actualidad de Hispanoamérica en Perú. Allí, ha nacido Padres Peruanos,una iniciativa de participación ciudadana cuyo propósito principal es fomentar la autonomía de los padres en la educación de sus hijos, permitiéndoles seguir sus propios valores sin imposiciones ideológicas.

Daniel Armas coordinador de Padres Peruanos destaca que esta plataforma reunirá a individuos, asociaciones y colectivos que respaldan tres principios esenciales: la autonomía en la educación, la libertad de participación y el respeto a los valores de cada familia.

La noción de «libertad para educar» implica que los progenitores ejerzan sin restricciones su derecho a ser los principales educadores de sus hijos, trabajando de la mano con la escuela y el Estado.

En cuanto a la «libertad de participación», se refiere a la activa involucración de los padres en la comunidad educativa y en la creación de materiales educativos. Respecto al «respeto a los valores de cada familia», se defiende el derecho prioritario de los padres en la educación moral de sus hijos, exigiendo que el Estado garantice opciones diversas para elegir una formación que se alinee con los principios y valores de cada familia.

Daniel Armas detalla que Padres Peruanos operará en tres áreas estratégicas: el ámbito público, mediante la observación y la influencia política; en el ámbito educativo, a través de programas de formación y divulgación; y en el ámbito comunicacional, mediante representación en todo el país.

Con el fin de impulsar estas iniciativas, la plataforma extiende una invitación a los padres interesados para unirse a la causa a través del sitio web http://www.padresperuanos.pe y seguir las redes sociales, manteniéndose informados sobre las actividades y novedades.

Seguimos en Perú, donde 30 religiosas y 4 religiosos dedican su tiempo a la misión, la oración y al cuidado de los fieles que viven en lugares remotos de la diócesis de Tacna y Moquegua. Pero todo su esfuerzo no es suficiente dado que, tal como asegura Mons. Cortez en su diócesis peruana hay lugares donde el sacerdote solo puede ir una vez al año. De hecho, "hay muchísimos ancianos abandonados en esta región".

En palabras del prelado «el desafío principal es sostener a las comunidades de religiosos y religiosas, para que éstas puedan trabajar en la evangelización y cuidar mejor de los fieles.» Otros retos, según el obispo, son la situación económica del país y la difícil accesibilidad a las zonas de misión más alejadas.

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Mons. Cortez ha explicado a Ayuda a la Iglesia Necesitada sobre los proyectos vinculados a las comunidades religiosas en su diócesis y la urgente necesidad de llegar a todos, en un país donde la escasez de vocaciones y evangelizadores es un desafío crucial, especialmente en las áreas más apartadas.

Por eso, ACN tiene en marcha un proyecto para el sostenimiento de 10 comunidades religiosas en las zonas altoandinas de la diócesis: «Esta ayuda es una respuesta a la preocupación de la iglesia local para sostener a estos misioneros que se encuentran en lugares muy apartados y difíciles, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar». Con este proyecto se cubren las necesidades de las religiosas, en cuanto a su movilidad y su manutención, para que así puedan evangelizar y trabajar en estas poblaciones.

Nos vamos a Venezuela donde, como es habitual, continúa el éxodo de ciudadanos en busca de un futuro. No lo tienen nada fácil en su lugar de origen, pero tampoco para salir de él.

Mientras, entre los que se quedan, los hay que cada día deben ingeniárselas para sobrevivir, sean adultos o sólo unos niños. Como Anahí, una niña que vende comida en la calle: me gustaría tener amigas, las niñas dicen que “les da pena andar conmigo porque yo trabajo en la calle”. “Me entristece la forma de vida que tengo, los problemas… me compraría ropa y zapatos, que no tengo”.

 

 

Tampoco en Cuba es fácil la vida, después de 63 años de socialismo y donde las madres que se manifiestan para pedir medicinas para sus hijos, son detenidas: