Esta semana, cedemos el espacio de nuestra crónica de la actualidad política estadounidense a la visita que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha realizado a Estados Unidos. Una visita con la que, según La Moncloa, el presidente iba en busca de grandes inversiones para España y que ha resultado un sonoro fracaso, que revela la nulidad diplomática que constituye el ejecutivo socialcomunista español.

La primera etapa del viaje tuvo lugar en Nueva York, donde Sánchez se reunió con una amalgama de grandes inversores, entre ellos el fundador de Bloomberg, Michael Bloomberg, y el CEO de BlackRock, Larry Fink. Después, su programa le llevó a California, a las ciudades de Los Ángeles y San Francisco, donde mantuvo encuentros con ejecutivos de la industria del entretenimiento, de Silicon Valley y visitó el laboratorio de la NASA.

Al más puro estilo de un vendedor ambulante, el presidente vendió los supuestos “éxitos económicos” de España y su gobierno. El presidente defendió que la economía española crecerá un 6% al final de este año y un 7% en 2022. Lo cierto es que, más de una vez, las previsiones de crecimiento de La Moncloa han sido corregidas a la baja a posteriori, pero llama la atención el optimismo del presidente, cuando España todavía no se ha recuperado de la histórica caída del 11% en el PIB que sufrió en 2020, como consecuencia de la paralización económica generada por la pandemia.

Mientras el presidente se reunía con los fondos, su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, le recordaba que estas instituciones sólo se preocupan de ganar dinero

Ni corto ni perezoso, el presidente anunció que pretende atraer a España más de 500.000 millones de inversión privada, para complementar el plan de recuperación financiado por la Unión Europea, cifrando en 140.000 millones los fondos que España percibirá de la UE, aunque la mitad sean créditos. De este programa, señaló que el 40% se destinará a políticas de sostenibilidad y ecología. Asimismo, defendió la lucha contra el cambio climático y la imposición de impuestos al carbón, como una prioridad para su Ejecutivo. También denunció que todas estas medidas deben adoptarse “de manera inclusiva y no desde una perspectiva elitista”.

No tenemos claro qué incentivos económicos y fiscales habrá propuesto el presidente a los inversores, cuando precisamente su gobierno ha anunciado una inminente reforma fiscal que aplicará la mayor subida de impuestos de los últimos años. Por si se había olvidado el presidente, su vicepresidenta segunda y líder de la coalición podemita en el ejecutivo, Yolanda Díaz, al ser preguntada por la gira estadounidense de su jefe en el Ejecutivo, ha señalado que "los fondos están para ganar dinero", que el Gobierno debe estar "para mejorar la vida de la gente” y que "supongo que el presidente habrá hablado de impuestos con los fondos". No sabemos quién tiene la mente más preclara, si el presidente o la podemita vicepresidenta segunda.

Al margen de la venta de humo efectuada por el presidente español, el ridículo de Sánchez fue in crescendo. Al más puro estilo de Paco Martínez Soria, el presidente se paseó por las calles de la quinta avenida de la gran manzana, acompañado de un enorme séquito de asesores y guardaespadas. Una situación cantinflesca, dado que ningún líder político estadounidense, ni demócrata ni republicano, iba a recibir al presidente español.

Contraviniendo todo tipo de respeto institucional propio de una visita a un país extranjero, Sánchez aprovechó su entrevista en el programa de television Morning Joe, para cargar contra el expresidente estadounidense Donald Trump y alabar al actual presidente Biden​, un líder progresista como él

Pero el esperpento no acabó ahí, nuestro presidente siempre hace gala de una infatigable osadía.

Contraviniendo todo tipo de respeto institucional propio de una visita a un país extranjero, Sánchez aprovechó su entrevista en el programa de television Morning Joe, para cargar contra el expresidente estadounidense Donald Trump y alabar al actual presidente Biden, un líder progresista como él. Llama la atención tanta alabanza a Biden, cuando el actual presidente demócrata humilló a Sánchez en la cumbre de la OTAN del mes pasado, relegando el anunciado encuentro entre ambos por Moncloa, a un mero paseo de escasos segundos en el que Biden apenas miró a Sánchez y ahora negándose siquiera a recibirle, a pesar de estar el presidente español en tierras estadounidenses. Pero es más, no sólo es que Biden no le reciba, tampoco lo ha hecho ningún líder del partido Demócrata, como tampoco ninguno de los progresistas alcaldes de las muy demócratas ciudades de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, donde el presidente ha recalado. En el partido Republicano, sobra decir que nadie ha manifestado su voluntad de reunirse con Sánchez, menos todavía después de criticar al expresidente Trump. Lo cierto es que la actitud de Sánchez resulta especialmente imprudente, teniendo en cuenta que existen grandes posibilidades de que Trump sea el candidato presidencial republicano en 2024, lo cual le podría llevar de regreso a la Casa Blanca. Por ello, criticarle abiertamente en la televisión estadounidense, no parece una táctica muy brillante.

Si bien la visita del presidente ha resultado irrelevante y apenas ha sido recogida en los medios estadounidenses, sí ha destacado la revista Newsweek, uno de los semanarios de mayor circulación y más antiguos de EEUU, que en su crónica ha señalado que “aunque es conocida la incómoda relación entre Biden y Sánchez, resulta inusual que un jefe de gobierno visite el país y no sea recibido en la Casa Blanca”, máxime teniendo en cuenta que, como recuerda el semanario, “el presidente Biden ha celebrado numerosos encuentros con líderes mundiales en la Casa Blanca”.

La gira estadounidense de Sánchez supone un nuevo fracaso diplomático y político del actual ejecutivo español y un ridículo sin precedentes