la comisaria, y vicepresidenta, de la UE, Margrethe Vestager, comisaria europea de Trasparencia, la ha tomado con Twitter
Elon Musk es un alma libre y desinformada. Por eso, en ocasiones dice y hace estupideces, como la de fomentar el aborto entre sus empleadas. Además, presenta una trayectoria personal para coger con pinzas pero, sin embargo, conserva un fondo de sensatez verdaderamente encomiable. Y si algo hemos perdido en la sociedad del siglo XXI es la sensatez.
Viene esto a cuento de que la comisaria, y vicepresidenta, de la UE, Margrethe Vestager, comisaria europea de Trasparencia, la ha tomado con Twitter. La Unión Europea, verdadero nido de víboras, expendedor del veneno del Nuevo Orden Mundial (NOM) ha sancionado a "X" (antes Twitter), o sea, a don Elon, por no verificar las noticias falsas y por no chequear la autenticidad de las cuentas.
Si esto segundo es cierto, que lo dudo, porque las suplantaciones aún duran menos que las mentiras, me parece bien. Pero esa es cuestión menor, la primera resulta mucho más importante y el montaje de Vestager aún más plebeyo. Europa insiste en la necesidad de los verificadores a los que, a pesar de su nombre, la verdad les importa un bledo: es más, la combaten.
Los verificadores son censores: no persiguen la mentira sino la opinión políticamente incorrecta
Un verificador es un censor. Los verificadores no descubren la mentira sino que persiguen la posición políticamente incorrecta. No van a la caza del mentiroso sino del discrepante.
Aún más importante: no necesitamos verificadores porque la mentira tiene las patas cortas y porque el mal siempre se destruye a sí mismo. Y cuanto mayor es el mal, más suicida resulta. Y la mentira es uno de los grandes males. Y porque, en materia de argumentos, que son los más importantse, el lector obtiene la veracidad y falsedad de un texto por su coherencia interna y por su compatibilidad con los hechos probados, no por el prestigio -siempre mudable- de su autor ni por la fuente de origen. Ya se sabe que en la saturación informativa de la sociedad actual, citar una fuente, mucho menos cuando se trata de una fuente genérica (el 90% de las ocasiones) no es garantía de veracidad. La coherencia interna, de un texto, sí.
No necesitamos verificadores porque la mentira tiene las patas cortas y porque el mal siempre se destruye a sí mismo
Esto es: Europa no quiere que Elon Musk vigile la verdad de los que escriben en Twitter: lo que quiere es que Elon vigile las intenciones de los que usan su red, según los criterios del pensamiento único imperante. Quieren que Musk censure todo aquello que al Nuevo Orden Mundial (NOM) no le gusta. Es decir, aquello que conocemos como lo políticamente incorrecto.
Por cierto, no es por asustar pero lo más incorrecto que existe hoy es la doctrina cristiana. La conclusión es obvia: ¿a que no saben quién encabeza el ranking de censurados?