Lo de Antony Blinken, secretario de Estado de Joe Biden, empieza a rozar la locura. En lo suyo, que ministro de Exteriores es, ni una a derechas. Ni con Europa, ni con China, ni con Rusia, ni con India, ni con Irán. Sin embargo, en cuanto contempla un charco allí que se va.

Por ejemplo, en la prostitución. Ya sorprendió con su nominalista empeño en calificar al lenocinio como “trabajo sexual” pero el silencio de Joe Biden al respecto ha asustado a más de uno, también dentro del Partido Demócrata.

Entre otras cosas porque todo el mundo sabe que legalizar es promocionar y con el aborto y los abortivos disparados en EEUU, así como la violencia sexual, la legalización de la prostitución apuntaría a la raíz del problema: la banalización del sexo. 

En el propio Partido Demócrata norteamericano hay quien pide a Biden que paralice los intentos de Blinken por pasar la historia por un hecho tan profundo como la legalización de la prostitución.