Andaba un poco picada la vicepresidenta Nadia Calviño porque la ministra de Igual-dá, Irene Montero, cómo no, le había felicitado por su macana de no querer fotografiarse sólo con hombres, en un acto con empresarios.

Y claro, Doña Nadia es un desastre que nos está llevando a la ruina económica, pero no es tonta. Sabe que si doña Irene te felicita es que has metido la pata.

Cuanto más estúpida es una cuestión más encendido es el debate que provoca: Nadia 'Desastre' Calviño dice 'no' a la baja por menstruación, Yolandísima Chulísima dice que sí... pero ambas defienden al "derecho al aborto"

Así que entonces surge el nuevo ridículo entre vicepresidentas, el vice-ridi, convertidas ya, las tres vices, en carne de memes. Esta vez les tocaba subir al atril y prorrumpir en pavadas a Calviño y Díaz.

La pavada feminista de Montero, consistente en bajas laborales por la regla, supone una macana de lo más hipócrita, porque es un cortina de humo para ocultar una venenosa ley de aborto y de delación de los médicos provida. No sólo se amplía el aborto (en lo poco que ya es ampliable en España) sino que se oficializa la delación sobre los médicos provida, que esos sí que son estigmatizados por negarse a hacer abortos.

¿Y si la menstruación le provoca molestias? Pues tómese un analgésico, señora

Ahora bien, cuanto más estúpida es una cuestión más encendido es el debate que provoca: Nadia 'Desastre' Calviño dice 'no' a la baja por menstruación porque "estigmatiza" a las mujeres. Yolandísima Díaz, siempre chulísima, dice que le gusta la idea. Pero ambas defienden al "derecho al aborto".

A todo esto, hablamos de razones profundas para otorgar bajas laborales por la regla. Ejemplo: ¿Y si la menstruación le provoca molestias? Pues tómese un analgésico señora.

El genio femenino se vuelve idiocia cuando pretende convertirse en el centro de atención de todo cuanto le rodea. Es decir, cuando la feminidad se convierte en feminismo

Para entendernos, el genio femenino se vuelve idiocia cuando pretende convertirse en el centro de atención de todo cuanto le rodea, cuando algo tan grande como la feminidad se empeña en situarse en el proscenio, se malpierde. La elegancia es lo contrario de la exhibición, la visibilidad no es otra cosa que vanidad, y en resumen, cuando la feminidad se convierte en feminismo, la joya se convierte en baratija... como las bajas laborales por regla.

Pero tranquilos: el vice-ridi de ayer fue el de doña Nadia y doña Yolanda. Hoy con el tipo ibérico del gas y la engañufla sobre el descenso de la factura de la luz, le toca hacer el ridículo a la tercera Vice: Teresa Ribera. Cada día tiene su afán.