En el PP cada día dan más relevancia a lo que hasta ahora se conocía como encuestas menores. Por ejemplo, las de Electomanía. Y lo malo es que en este tipo de encuestas, Vox se aproxima peligrosamente al PP cuando no le 'sorpassa'.

Que el PP se recupere tras su crisis no es como para tirar cohetes, si se considera que el Gobierno Sánchez ha perdido la calle y que su deriva económica es el anticipo de la ruina de España.

Lo que Feijóo pretende es una alianza entre su progresismo de derechas y el progresismo de izquierdas de Sánchez. Sanchez piensa que un sólo progresismo, el suyo, resulta más que suficiente

Da lo mismo: Alberto Núñez Feijoó es un progresista de derechas, lo que significa que sus prejuicios preceden al juicio y que su juicio no cambia por los hechos. Quizás por ello, el PP de Feijoó vive en una especie de revolución-memorial. Algo así como que el futuro es el pasado y que no hay mejor victoria que evitar la derrota.

Traducido: el equipo Feijóo prepara el gran Pacto de Estado con el PSOE. Pacto de legislatura, que no de Gobierno, es decir, la oportunidad de que un trilero como Sánchez le tome al pelo al gallego, Al menos, tal es el riesgo ahora mismo.

Mientras, Dolores Delgado insiste en atacar a quien el PSOE considera la alternativa pepera realmente peligrosa: Isabel Díaz Ayuso

Hablamos de que el PP más progresista cedería en todos las "cuestiones sociales", es decir, morales, ante el ultra-progre Sánchez y, a cambio, exigirá una política económica más liberal. Es decir, menos impuestos.

Todo ello con los complejos habituales en el PP: Feijóo no puede liderar la alternativa desde Galicia. A ver cómo se las arregla para hacerlo desde Madrid. Pero es que, además, en el entretanto, Vox continúa subiendo... sin mover un dedo. Por ejemplo, sin exponer su programa económico, que nadie sabe cuál es. Feijóo quiere conquistar el poder ante el PSOE y a lo mejor perder la primacía de la derecha frente a Vox.

El protagonismo de Javier Arenas y González Pons empieza a resultar materia de cachondeo en Génova

Además, ¿quién ha dicho que Pedro Sánchez es buena persona? Ya rechazó al PP en noviembre de 2019 y pactó con Podemos.

Y como muestra un botón, Dolores Delgado, el matón del Ejecutivo, insiste en atacar a quien el PSOE considera la alternativa realmente peligrosa: Díaz Ayuso. Otra vez con el caso de su hermano, mientras los medios progres bloquean la respuesta de una Díaz Ayuso que no se achanta: ha ampliado sus acusaciones por corrupción contra Pedro Sánchez y Nadia Calviño.

Recuerden la definición de progresismo: abajo los curas y arriba las faldas

Por último, en toda esta resurrección del nuevo PP, el excesivo protagonismo de Javier Arenas y González Pons empieza a resultar materia de cachondeo en Génova. Digamos que no son dos jovencitos.

En resumen, lo que Feijóo pretende es una alianza entre el progresismo de derecha y el progresismo de izquierdas de Sánchez. Sanchez piensa que un sólo progresismo, el suyo, resulta suficiente.

Recuerden la definición de progresismo: abajo los curas y arriba las faldas. Para esa tontuna no se necesita la alianza de dos fuerzas mayoritarias sino que una de ellas le robe los votos a la otra.