A la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no le gustó que José María Aznar, en una entrevista con el diario El Mundo, lanzara la sospecha de que Pedro Sánchez es muy capaz de falsear los resultados de unas elecciones. Esto es grave, aunque yo confieso que estoy en pecado porque a don Pedro le creo capaz de eso y de mucho más.

El caso es que, en defensa del jefe, doña Pilar Alegría, nuestra Pili, le recordó a Aznar lo que aseguró constituía la mayor mentira de toda la democracia: la del 11-M.

Alguna fuerza moral tiene Hispanidad para hablar del 11-M de 2004, al ser el primer digital que, esa misma mañana, 11 de marzo de 2004, aseguró que una bestialidad de tal calibre (192 asesinados) resultaba demasiado bestial hasta para las bestias de ETA. Los datos apuntaban más bien a los islámicos. El todavía presidente Aznar, según él asesorado por el CNI, que entonces comandaba el diplomático progresista Jorge Dezcallar, decidió que habían sido los terroristas vascos y confundieron aún más a un confundido Aznar. 

Metió la pata, aunque luego no han sido pocas las voces de la derecha, también peperos, y hasta el propio Aznar, quien señaló hacia Marruecos, hacia Mohamed VI

Pues mira, Pili, que no, que Aznar no mintió el 11-M. Simplemente, el expresidente había vivido toda su trayectoria política en la lucha contra ETA y dedujo, apoyado por las sesudas investigaciones del CNI, que el culpable tenía que haber sido ETA. ¿Seguro que si hubiera acertado, señalando a los musulmanes, el pueblo español le habría quitado el voto por su foto de las Azores? ¿A que no?

Aznar, presa de sus complejos (¡Tiene muchísimos!), erró, no mintió. Los que mintieron fueron gente como el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba o el casi socialista Pedro Almodóvar. El primero montó un numerito sobre los cadáveres de inocentes, asegurando que los españoles no podían permitir un Gobierno que les mintiera, y aludiendo a un posible golpe de Estado del Gobierno Aznar, tesis secundada por personajes tan populares como el cineasta precitado: Pedro Almodóvar.

Gracias a aquellas mentiras de Rubalcaba, Almodóvar y compañía, desarrolladas durante 3 días, el 14 de marzo de 2004, contra 20 encuestas a favor y ninguna en contra, Rodríguez Zapatero, y no Mariano Rajoy, ganó las elecciones y años después Rubalcaba llegaría a vicepresidente. 

Bueno, gracias a eso y al cainismo del pueblo español quien, al revés de lo que ocurrió el 11-S en Estados Unidos o en Londres, el 7 de julio de 2005, cuando sufrieron grandes atentados similares, el pueblo español se dividió ante una agresión externa, casi seguramente marroquí.

Por tanto, Pilar Alegría: el PP no mintió, el que mintió fue el PSOE, ya allí empezó el drama Zapatero, que nos devolvió a la guerra civil. 

Para que conste y eso porque la veda conviene repetirla para que no se olvide. El popular Aznar, un personaje que no me gusta, no mintió. Quien mintió fue el PSOE.