El miserable sátrapa marroquí, Mohamed VI, estableció relaciones diplomáticas con Israel y con ello se ganó el apoyo de los Estado Unidos. Naturalmente, el rey de Marruecos no es un gran amigo de los judíos: tan sólo pretendía que Estados Unidos le privilegiara frente a su verdadero enemigo: España. 

Y Estados Unidos así lo hizo, ya en tiempos de Donald Trump, todo hay que decirlo, y ha seguido haciéndolo en tiempos de Joe Biden.

Rabat ha mantenido un perfil bajo ante el enfrentamiento ente Israel y Hamás pero, al mismo tiempo, anima a los musulmanes de la ciudad española de Melilla y anima la salida de ilegales hacia Canarias... que también considera suyas. 

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Pero lo más grave es la quinta columna de Mohamed VI en España. Es decir, en nuestro país viven 750.000 marroquíes: ¿cuántos se han integrado? ¿Uno o ninguno? ¿Y cuántos cobran la 'paguita' de España mientras continúan odiando a España con gran entusiasmo?