Este martes, la Mesa del Congreso de los Diputados -controlada por PSOE (tres miembros) y Sumar (2), y con presencia del PP (4)- ha admitido a trámite la proposición no de ley de Junts en la que el partido del fugado Carles Puigdemont insta a Pedro Sánchez a someterse a una cuestión de confianza

El siguiente paso es que la proposición no de ley se introduzca para ser votada en el orden del día de una sesión plenaria, que tendrá lugar, según ha trascendido, el martes 25 de febrero o el martes 11 de marzo.

Este es un trámite pactado entre PSOE y Junts a cambio de que los ultraseparatistas catalanes aprobasen el minidecreto ómnibus que contenía 29 medidas de corte social. Un minidecreto que, por cierto, se debatirá el próximo día 12 de febrero en el pleno de la Cámara Baja... y se prevé que se convalide con el apoyo de Junts y del PP. 

Sea aprobada o no en el Congreso la cuestión de confianza, se trata de un mero paripé, una especie de tanto que quería apuntarse Junts, que no va a ir más allá porque en el propio pacto con el PSOE se recoge implícitamente que Pedro Sánchez no se sometería finalmente a esa cuestión de confianza, ya que él lo ve "innecesario" y solo él tiene la potestad de activar ese mecanismo parlamentario.

De hecho, este fue el texto acordado del paripé entre PSOE y Junts: «El Congreso de los Diputados insta al presidente del Gobierno español a considerar la oportunidad de plantear una cuestión de confianza, conforme a la prerrogativa que le confiere la Constitución, atendiendo al carácter político, sin vinculación jurídica».