
La respuesta del Jemad, este miércoles, a la pregunta de Hispanidad, no es muy tranquilizadora que digamos. El almirante general Teodoro López Calderón no sólo no respondió a si España está preparada para una invasión de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos, sino que negó que se vaya a producir.
“Ahora mismo es una cosa que no está contemplada. Es cierto que hay una reivindicación de soberanía de Ceuta y Melilla, pero no hay ninguna indicación que permita pensar que va a haber una invasión de Ceuta y Melilla”, afirmó durante el desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum.
En primer lugar, la pregunta no era esa, lo que nos hace sospechar sobre la capacidad de España para defender esas dos plazas tan importantes y, segundo, el invasor no suele advertir sobre sus intenciones, como sucedió con Rusia en Ucrania. El propio Jemad explicó, pocos minutos antes, que la acción de Rusia pilló por sorpresa al resto de países y que tal vez no atendimos con suficiente diligencia las señales previas a la invasión.
A más a más, López Calderón afirmó al final de su intervención que uno de los retos que tendrá que afrontar el próximo Jemad -él tiene 71 años- y que él mismo ya tiene que afrontar es la velocidad a la que se producen actualmente los acontecimientos. Por ejemplo, y esto lo digo yo, una invasión de Ceuta y Melilla.
Otro asunto, el servicio militar obligatorio, algo que está vigente en 16 países europeos, 10 de ellos miembros de la UE. Hablamos de Estonia, Letonia, Lituania, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Austria, Suiza, Croacia, Noruega, Turquía, Chipre, Grecia, Bielorrusia y Moldavia. En Alemania, donde se eliminó en 2011, están debatiendo si volver a instaurar la mili este mismo año.
En España, según López Calderón, volver a la mili obligatoria “no tiene ningún sentido” a pesar de que el ejército necesita más efectivos, según el propio Jemad, que aboga más por un reclutamiento voluntario. Genial.
Por último, el aumento del gasto en Defensa en 10.741 millones en 2025 -un incremento “descomunal”, según él- permitirá a España llegar al 2% del gasto del PIB y, más importante, es suficiente para lograr los objetivos que la OTAN le ha marcado a España. Por cierto, en la Alianza Atlántica “estamos muy bien considerados”. ¡Qué tranquilidad!









