Como se recordará, en febrero de 2024, dos guardias civiles -Miguel Ángel González y David Pérez- murieron tras ser embestidos por una narcolancha en el puerto de Barbate (Cádiz).

Las familias de las víctimas no han callado, no se han achantado ante el Gobierno en ningún momento, denunciando lo sucedido ante la opinión publica y ante Europa. En una entrevista María del Carmen Gómez, tía de Miguel Ángel González, dejó claro: "No quieren dejarnos libertad de expresión, que sepan lo que hay, que sepan lo que ha pasado, que sepan las veces que nos han echado para atrás cada vez que hemos recurrido para que se haga justicia de verdad con los que mandaron a mi sobrino y a David a la muerte".

María del Carmen Gómez aseguró que lo que quieren las familias de los agentes es "que se haga justicia sobre cómo los mandaron". Y espera que se pongan "más medios" para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la provincia y que "no vuelvan a hacer lo que hicieron" para que los agentes "salgan en igual de condiciones" contra "estos criminales", y "puedan defenderse" de ellos, con "embarcaciones con iguales condiciones". 

Pese a todas las denuncias y declaraciones, el Gobierno Sánchez parece orgulloso de la gestión y ha decidido el ascenso de los dos jefes que, según relataron a El Mundo los supervivientes de la zódiac, les «mandaron a la muerte».

Según relata el medio, "el capitán Andrés Marmolejo ordenó que seis guardias entraran en el puerto en una zódiac pequeña para echar a los narcos. Y lo hizo, insistieron, desoyendo los consejos de agentes de la Comandancia de Cádiz, e incluso del responsable del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS), los buceadores que le alertaban del temporal". Marmolejo estaba de paso, al haber acabado una misión en Sevilla, y pese a los avisos decidió que los agentes actuaran. 

Interior ha decidido que por su brillante gestión se merece una «comisión de servicio a nivel internacional». "Fuentes de la Guardia Civil explican que este tipo de misiones están «muy bien remuneradas» y sirven de «promoción a quienes que las realizan»". Además, su número dos, el sargento Jesús Crespo, «ha sido destinado a la UAR (Unidad de Acción Rápida), un destino muy solicitado y cómodo».

Como era de esperar, las familias de los guardias civiles asesinados se han indignado con la noticia: «Nos sentimos engañadas, ya que, lejos de tomar medidas, han premiado a quienes llevaron a nuestros hijos a la muerte».

Uno de los agentes que sobrevivió denuncia que «En el GAR hemos realizado decenas de operativos en los que teníamos claro que la situación era de alto riesgo. Pero, ese día, el capitán y el sargento no sólo no fueron capaces de explicarnos la situación real, sino que llevaban todo el día haciendo gestiones para apuntarse el tanto y ser condecorados... No les importaba nada más. Con ellos ya habíamos vivido otras situaciones y sólo actuaban para obtener méritos. ¿Por qué no se subieron ellos a aquella embarcación en pésimo estado? Estoy seguro de que cualquiera de los que participamos en el servicio ese día testificaríamos en contra de ellos en sede judicial».

Algo que también denuncia el sindicato JUCIL en sus redes sociales: "Dos guardias civiles asesinados. Los asesinos bajo fianza por 25.000€ y los mandos que enviaron al matadero a nuestros compañeros, recompensados por Marlaska por el operativo".

"Desde #𝐉𝐔𝐂𝐈𝐋 𝐃𝐄𝐂𝐈𝐌𝐎𝐒 𝐍𝐎 a estas condecoraciones: Mientras nosotros DENUNCIAMOS al general jefe de Zona de Andalucía y al coronel jefe la Comandancia por 2 delitos de homicidio y otros 4 de lesiones graves por imprudencia, MARLASKA les pone una MEDALLA en un operativo que terminó con 2 asesinatos y varios heridos".