Mañana, miércoles 5 de enero Juan Carlos I cumple 84 años, autoexiliado en Abu Dabi. Siguiendo la técnica propagandística decretada por Iván Redondo, y que aún permanece en Moncloa, no importa lo que piense la opinión pública sino los que piensen los creadores de opinión. Mayormente, aquellos que tienen acceso a micro, aunque sea en Sálvame. Mayormente, el poder.

La concepción sanchista del poder es la de todo tirano: el poder consiste en la capacidad de infligir daño

Hablando de poder. No es menor el poder que la Constitución de 1978 encargó a la Corona. Pero el poder actual, 44 años después, es el Sanchismo y la concepción sanchista del poder es la de todo tirano: poder es la capacidad de infligir daño. Y tampoco se engañen: es la concepción de poder vigente en la actual Europa.

Traducido: para Pedro Sánchez, la situación actual resulta formidable. Tiene a un Rey, hasta hace dos días referente democrático en España, exilado en Abu Dabi, con su honor personal destruido y presentado ante la opinión pública como un verdadero chorizo manguta. Al tiempo, Sánchez tiene acongojado a Felipe VI, hijo del susodicho, al que ha obligado a distanciarse de su padre porque, de otra forma... tú también tendrás las manos manchadas.

Comisiones del AVE La Meca-Medina. La crónica de la corrupción dice que al conseguidor le paga aquel que ha conseguido el negocio, no aquel que lo otorga

Es decir, Sánchez tiene exilado al padre y secuestrado al hijo. Y cuanto más tiempo se mantenga este equilibrio siniestro, mejor para él.

Ahora bien, 84 años son muchos años. En su insensatez profunda, Sánchez ni calibra ni pondera que la muerte del Rey Juan Carlos en el exilio puede hacer que hasta los más insensibles se planteen que algo hemos debido hacer mal y que, a lo mejor, las acusaciones a Juan Carlos I resultaban un poquito exageradas.

Recuerden que todo empezó con el presunto cobro de comisiones procedentes del AVE La Meca-Medina. Hombre, resulta un tanto curioso que fueran los árabes -el contratista- quienes pagaran las comisiones y no el contratado, 12 empresas españolas. La crónica de la corrupción dice que al conseguidor le paga aquel que ha conseguido el negocio, no aquel que lo otorga.

El origen del problema: las finanzas de la Familia Real Española vienen marcadas por el expolio que, de las propiedades regias, perpetró la II República

Por otra parte, las finanzas de la Familia Real Española vienen marcadas por el expolio que, de las propiedades regias, perpetró la II República. Juan Carlos I fue pobre de cuna, su padre vivió de la limosna de los monárquicos españoles, algo que no ha sucedido, por ejemplo, con la Corona de Inglaterra. Eso no justifica nada pero parece mentira que los españoles estemos dando pábulo a una cortesana para autoflagelarnos. Nada justifica las infidelidades un esposo a hacia su esposa pero resulta un tanto ridículo que un país se sienta flagelado por las exigencias de un mujer despechada, aunque se trate de su Alteza Serenísima.

En resumen, o Felipe VI, el rey cobarde, en alarde de coraje, algo novedoso en este Rey en él, reacciona e impone a Sánchez el regreso a España del Rey Juan Carlos I o estamos abocados a que la egolatría de Sánchez provoque la muerte del Rey de España en el exilio moro. Y ese baldón afecta más a Don Felipe que a Don Pedro pero, sobre todo, afecta al pueblo español.