Que te vote Txapote
Las elecciones de mañana domingo las decidirá Txapote. No el miserable asesino, caído ya en oligofrénico violento, que está en la cárcel, sino el dicharacho, inventado por un ciudadano cabreado, en un momento tan delirante como hilarante. El “que te vote Txapote” es la expresión de un hartazgo popular contra Sánchez que ya ni se razona... porque son tantas y tan cotidianas las barbaridades de Sánchez que ya ni se recuerdan.
Lo cierto es Sánchez cae gordo y, en su egolatría, en su narcisismo disparatado, no deja de asombrarse de que haya dejado de ser el ídolo de los españoles, una imagen que ni todo su equipo de propaganda, como nunca ha tenido ningún líder en España desde 1978, ha conseguido invertir.
El Sanchismo emana un insoportable hedor a profanación, que provocará el rechazo general... pero del que se aprovechará el PP, me temo, para implantar su tibieza
‘Juan Español’ puede estar mejor o peor informado y, según su nivel de documentación y su cultura política, razonar mejor o peor, pero todo él, todo entero, siente el aroma a profanación que exhala el Sanchismo. No me refiero sólo al Sánchez profanador de tumbas, sino al Sánchez profanador de todo aquello que resulta sagrado para el hombre, incluida la perversión de la infancia.
Esa aversión, en principio indefinida, de pronto se ha visto iluminada por un aforismo nacido de abajo a arriba, por el “que te vote Txapote”, que no supone ningún argumento pero sí una conclusión definitiva, porque no es fruto del cerebro sino del olfato, un camino que suele resultar inequívoco. El conocimiento olfativo casi nunca falla.
El Sanchismo emana un insoportable hedor a profanación, que provocará el rechazo general... pero del que se aprovechará el PP, me temo, para implantar su tibieza.