Contemplando el panorama actual de España y de la política practicada, sobre todo desde que en 1982 -van ya para 39 años- en que la izquierda se alzó con el poder y los dos interregnos de ocho y siete años que gobernó la derecha; he llegado a la siguiente conclusión: El sistema que nos dimos en el 78, la Constitución y el Estado de las autonomías les, y nos, ha venido grande.

Los políticos han abusado y maltratado la Constitución, buscando principal y únicamente sus intereses partidistas. El PSOE como partido con más tiempo en el Gobierno y el PP como partido colaborador necesario en la situación por no haber corregido los desmanes del PSOE; en la justicia, en la economía, la enseñanza y la degradación de los valores identitarios de España.

Y el pueblo, por no haber sabido verlo y corregirlo, obligando a los políticos a cumplir y hacer cumplir lo que juraron cuando accedieron a los puestos de poder y responsabilidad. Que para eso sirve el voto. Y no adocenarse en un pueblo subvencionado.

Y lo digo con todo el dolor de mi corazón; los monarcas, jefes del Estado, que hasta ahora no han sabido o querido ejercer las potestades que les concede la Constitución, contenidas en el Título II -de la Corona- que por ello se reforzó su posible modificación. Como ejemplo, el asunto de los indultos a los secesionistas-rebeldes, que quisieron y quieren seguir destruyendo España, y cada día atentan contra la seguridad del Reino de España.

Y entonces me vino a la mente que no tenemos un Estado de las Autonomías, sino de las Autonosuyas, como cada día se viene demostrando en la situación actual de pandemia y destrucción económica.

Y aquí entra el esperpento de la película profética, estrenada en 1984 cuando llevaba dos años en el poder la izquierda, titulada precisamente “Las Autonosuyas”. 

El alcalde de Rebollar de la Mata, un pueblo influido por las circunstancias políticas decide crear el Ente Serrano Autonómico, un proyecto muy aplaudido por los alcaldes de los pueblos vecinos, ya que pasarán a ser consejeros de una autonomía. Para ponerse a la altura de las principales autonomías, llegan incluso a implantar un idioma propio, el “farfullo”.

Añado como apostilla, dos pensamientos para reflexionar: uno de un contenido de la nueva ley de educación y otro de un texto del Concilio Vaticano II:

La asignatura de Lengua Castellana y Literatura tiene como primera competencia específica el «reconocimiento de la diversidad lingüística y dialectal del entorno y de España. “Hay que seguir dividiendo”.

A propósito, el idioma que se habla en toda España y en aquellas naciones que también lo hacen por herencia, y así se reconoce, es el español. Como en Francia se habla el francés o en Inglaterra el inglés.

Si la autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno al que se le escape la falsedad envuelta en tales palabras. La criatura sin el Creador desaparece”. (Concilio Vaticano II).