Íñigo Errejón está muy preocupado porque el Gobierno está perdiendo una oportunidad histórica para legalizar el cannabis, la marihuana y cualquier tipo de droga blanda. Para entendernos, el porro, también conocido como canuto.

La verdad es que don Íñigo tiene razones para preocuparse. Tiene un juicio por arrearle una patada (ya es conocido como Errecoz) en el bajo vientre a un admirador: ¡cómo tratará este hombre a sus enemigos!

Regularizar o legalizar sí es promocionar. La ley, las justas y las injustas, constituyen un referente moral

Además, doña Yolanda Díaz, unida a Mónica Oltra y a Inmaculada Colau andan tentando a Mónica García (madre y médico) para que se una a la nueva fuerza de izquierda comunista, feminista, ‘generista’ y existencialista. En definitiva para que doña Mónica le haga un higa a su jefe Errejón, por lo que este ha decidido unirse a los verdes, españoles, europeos y del mundo mundial. Todo para distanciarse de la depredadora gallega.

En momentos de tribulación como este, Errejón necesitaba de una bandera, y la encontró en la marihuana, vulgo, canuto. Legalizar el consumo de la droga blanda, por razones terapéuticas, naturalmente, se convierte en una de esas medidas rompedoras, originalísimas, de las que cualquier político que se precie pretende convertirse en abanderado.

Ahora bien, en la constelación de majaderos progresistas que rigen el mundo, hay ejemplares, como el canadiense Trudeau, que se han decidido por la legalización. El Mexicano López Obrador también se ha tirado, aunque o por motivos terapéuticos, sin carpa para detenerse, al narcotráfico de droga dura tratando con drogas blandas, una de esas paradojas aparentemente brillante, con entrañas de estupidez.

Íñigo Errejón se ha convertido a la causa de la marihuana al sentirse atacado por Yolanda Díaz y sospechar de la lealtad de Mónica García

Otra paradoja idiota es la planteada por Errejón: regular -o sea, legalizar- el consumo de marihuana no es promocionarla, igual que “regular el tabaco no es promocionar el hábito de fumar”. Estamos ante una de esas sentencias primorosas donde el enunciado es falso y el significado también.

Veamos: regularizar o legalizar sí es promocionar. La ley, las justas y las injustas, constituyen un referente moral. Todo tendemos a pensar que si es legal es moral y si es ilegal es porque es inmoral. En cualquier caso, consumir  droga blanda constituye el primer paso consumir droga dura.

Y el significado también es falso, porque el tabaco daña los pulmones pero la droga, la blanda y la dura, al igual que el alcoholismo, daña a la mente, a la razón, es decir, a la libertad humana. Esta es la clave. Por eso, para la iglesia, fumar no es pecado pero emborracharse o fumarse un canuto sí lo es. Lo uno no afecta al libre albedrío, lo otro sí. Y la libertad es uno de los grandes regalos de Dios al hombre.

El tabaco daña los pulmones pero la droga, la blanda y la dura, al igual que el alcoholismo, daña a la mente, a la razón, es decir, a la libertad humana

Pero ya ven: por ahora el Psoe ha dicho que 'no' a la legalización del cannabis Tranquilos, los buenos progresistas no tienen límites. Por tanto, Sánchez cambiará de opinión y legalizará el canuto en cualquier momento. Por ejemplo, en cuanto se encuentre en un callejón sin salida, como Errejón, Sánchez se colocará la cabeza de la manifestación en pro de una marihuana legal. Permanezcan atentos a sus pantallas.

A fin de cuentas, si para Carlos Marx la religión era el opio del pueblo para sus seguidores del siglo XXI el opio debe convertirse en la religión del pueblo.

Para sus sucesores socialistas y capitalistas, cada vez más unidos en su cristofobia.

En serio: George Soros, el mentor de Sánchez, adalid del Nuevo Orden Mundial (NOM), se ha mostrado como un firme partidario de la legalización de las drogas blandas. Lógico, nada mejor para el NOM que una humanidad emporrada: de lo más manejable.

Así que no lo duden: la siguiente soflama de Pedro Sánchez será la legalización del porro… naturalmente en nombre de una sociedad más saludable, inclusiva, digital y sostenible. Digo. La legalización del cannabis se ha convertido en la nueva frontera del Sanchismo. La intelectualidad impera.