¡No es no, o es que no se entera! Esta frase de Pedro Sánchez, dicha a Rajoy, debía de haber quedado grabada a fuego en el frontispicio del Partido Popular, para no olvidarla y tenerla en cuenta en las relaciones presentes y futuras del PP con el dirigente del Partido Socialista.

Viene a cuento ante el llamamiento por parte de Sánchez para iniciar conversaciones con el PP y llegar a un acuerdo sobre la renovación de CGPJ y del TC; todo ello motivado por la dimisión del Presidente del Supremo y del propio Consejo, creando una situación sin precedentes.

Después de la reunión mantenida entre Sánchez y Feijóo, la propuesta para solucionar el bloqueo está basada en que acuerden los dos qué debe proponer el Consejo para el TC, y que en seis meses se modifique la Ley Orgánica del Poder Judicial en vigor en el apartado de la elección de los vocales del Consejo, y la propuesta de los doce entre Magistrados y Jueces de todas las categorías de la carrera judicial, como explicita la Constitución, sean elegidos por los jueces, no nominados y luego propuestos por las Cortes. Y además que este acuerdo lo firme Sánchez.

Como español que se siente afectado por la situación de la Justicia en su nación le preguntaría al Sr. Feijóo: ¿Y usted se fía de Sánchez? Personalmente, ni aunque lo firme ante notario.

Por qué no invertir los términos: que Sánchez y el gobierno de su Majestad expida un real decreto, por la urgencia del tema, cambiando los términos de elección de la manoseada Ley Orgánica, para que los jueces propongan sus doce vocales y sólo doce; y las cámaras a sus ocho. PSOE y PP suman 209 diputados, y si añadimos otros seis o siete, sin contar separatistas, nacionalistas y otros, se tendrían 216 y el decreto se podría convalidar de urgencia en dos días. Otros 10 para que los jueces hicieran su elección y propuesta y las cámaras a sus ocho y presentarlos al rey, que es quien los nombra.* (CE Art. 122.3) En quince días podríamos tener el Consejo renovado.

De inmediato se podría renovar el TC, con los cuatro preceptivos. También es el Rey el que los nombra a propuesta de… (CE. Art. 159.1) Esto sería mirar por la Nación, el Reino y los ciudadanos, ¡Ah, y cumplir la Constitución como debe ser cumplida! El que diga que no se puede hacer, miente. Y lo demás es marear la perdiz y seguir por el mal camino emprendido desde 1985.

Sr. Feijoó, D. Alberto, debe usted plantarse, es su oportunidad.

*apostilla. No dejemos de lado que el rey es quien nombra a los propuestos. ¿Y si alguno no le pareciese bien y no lo nombrase?