
Consejo de Ministros del martes 2 de diciembre. No hay nada de lo que informar y sí mucho de lo que defenderse. Acogotado, no ya por los casos de corrupción sino por la corrupción de su imagen pública, el presidente del Gobierno ha llamado a Televisión Española para que le hagan una entrevista a medida, con una entrevistadora catalana que sólo preguntaba por Cataluña, un asunto ante el que Sánchez se presentó sumiso, suplicando a Puigdemont que vuelva cuanto antes a España.
Lo único que nos han vendido el ministro Óscar López es lo ya sabido, que va a subir el salario de los funcionarios un 11%. Lo de siempre, que suban los salarios en España a mi me parece bien, lo que ocurre es que el Sanchismo siempre sube los salarios, sea el salario mínimo o el de los funcionarios, pero no baja los impuestos que lo gravan, en especial las cotizaciones sociales y hay muchos españoles que desean cobrar más, no que cobre más Hacienda o la Seguridad Social.
Más significativa resulta la explicación del inefable ministro del funcionariado, Óscar López: con esto demostramos que nos gusta lo público. Este es el problema señor ministro, que le gusta lo público, cuando lo eficiente, lo meritorio y ojo, lo libre, es lo privado.
Y ya, sin haber bebido una copa, somos testigos, al menos en la sala de prensa de Moncloa, de que don Óscar asegura que esta subida salarial es posible gracias a que nos movemos en un círculo virtuoso. Toma ya: el Sanchismo que nos ha hecho más pobres, habla ya de círculo virtuoso, neologismo inventado por Bill Clinton.
Pero lo importante, como casi siempre, llega con las preguntas, cuando alguien cuestiona el ascenso de Rafael Yuste, el máximo directivo de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Hispanidad adelantó que Marlaska, uno de nuestros peores ciudadanos, no había conseguido neutralizar a unos policías eficaces e independientes que han puesto a Sánchez al borde del abismo.
Marlaska no podía quebrar su independencia, por lo que aceleró el ascenso de su jefe, el coronel Yuste a general. Dice la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que ha resultado un "un proceso de absoluta normalidad". Mentira. Se ha acelerado un proceso de ascenso que debería haber concluido, como pronto, en el segundo semestre de 2026. Nada menos.
Yo no sé si España es una dictadura pero a veces, con Pedro Sánchez en Moncloa, lo parece.










