Consejo de ministros del martes 20 de diciembre. Salen a escena la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, la alegre chica de la Mancha, acompañada esta vez por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, la mujer más sincera de España, la titular de Ciencia, Diana Morant y la titular de Justicia Pilar Llop y, llegan con casi una hora de retraso. Naturalmente no piden disculpas por el retraso. Eso podría ser interpretado como un síntoma de debilidad.

La prensa espera, paciente, porque los socialistas son fulleros. Esperan a que Núñez Feijóo hable para ellos poder disponer de la última palabra. Feijóo habla de que se rebaje la inusitada escalada de tensión iniciada, no por la reforma del Tribunal Constitucional o del Consejo General del Poder Judicial, que a los españoles importa un bledo, sino para ocultar la amnistía sobre los delitos de sedición y de malversación, condición de los indepes catalanes para mantener a Sánchez en La Moncloa.

El Sanchismo no es un Gobierno, es un partido. Todo lo que no sea mantenerse en el poder no importa, es un Gobierno hiperactivo de propaganda y ruido

Y lo cierto es que la decisión de Tribunal Constitucional, la de paralizar momentáneamente la cacicada de Sánchez sobre su propia renovación, ha sentado como un tiro en Moncloa. Ellos soñaban con cerrar 2022 como el año de toda las tropelías, sobre todo las mayores barbaridades, como el Sí es sí, la ley de Aborto, la de familia o la barbaridad trans. ¡Ah! y la ley animalista, cuidado con ella.

Así, empezarían 2023 con todas las salvajadas consumadas, la gente se iría de vacaciones navideñas, se olvidaría y, a comienzos de 2023, Sánchez podría iniciar su campaña electoral de mayo y la previsible de diciembre. Ahora, el Tribunal Constitucional (TC) ha dinamitado los planes electores de Sánchez. Y claro, eso no puede ser.

El Sanchismo no es un Gobierno, es un partido. Todo lo que no sea mantenerse en el poder no importa, es un Gobierno hiperactivo de propaganda y ruido.

Los préstamos que va a recibir España se van a utilizar, verbigracia, en el ingreso mínimo vital (IMV). ¿Eso es industrializar?

Isabel Rodríguez asegura que los presupuestos cambian la vida de nosotros y nosotras, día a día. La verdad es que los PGE no cambian nada más que algunas variables económicas y la economía no va bien: va fatal.

Y es que el gobierno del Sanchismo ha resultado una cáscara vacía. Pura propaganda. Así, Rodríguez, como responsable de los funcionarios que es, se ha sacado de la manga un desarrollo del Estatuto básico del empleado público... ¡aprobado hace ya 15 años! Nos comenta que gracias a ella, ahora se podrá hacer carrera horizontal. Texto novedosísimo, asegura Rodríguez: por ejemplo, hablará del acoso sexual en la función pública. Esto es fundamental. Los funcionarios ya se sabe...

Le toca el turno a Nadia Calviño la reina de la propaganda mentirosa. Nos resalta que el plan de recuperación ya es "una realidad", y explican la buena marcha de la economía española. El martes mismo con ir más lejos, resalta que el Banco de España ha subido una décima, hasta el 4,6%, el crecimiento económico pero doña Nadia oculta que rebaja ese mismo crecimiento hasta el 1,3% en 2023.

Tres puntos porcentuales de PIB aumentan los fondos europeos. ¿Y cómo se va a pagar ese dinero? Los fondos europeos los pagará usted. Bueno, y sus hijos

Esta mujer posee una indudable capacidad, verdaderamente histórica, para el embuste: mezcla inversiones con subvenciones, trasferencias con préstamos, créditos con limosnas, creación de puestos de trabajos como muestra de éxito en la lucha contra el desempleo... donde seguimos a la cabeza de la OCDE. Y de colofón asegura que se va a mantener el peso de la deuda pública. Tiene razón, no podemos emitir más deuda porque ese peso resulta ya insoportable.

Más mentiras: convertir la península ibérica en un hub energético. ¿Con hidrógeno? ¡Anda ya!

Calviño: programar y hacer justo lo contrario de lo que dice. Por ejemplo, cuando habla de autonomía industrial: oiga los fondos europeos que recibe España van a beneficiar a grandes multinacionales, como, por ejemplo, Volkswagen. ¿Eso es soberanía industrial?

No nos perdamos en la marea de falacias de doña Nadia. Los préstamos que va a recibir España se van a utilizar, verbigracia, en el ingreso mínimo vital (IMV). ¿Eso es industrializar?

Pilar Llop, titular de Justicia, no es mentirosa: pero le encanta el sofismo.

Derechos de los consumidores: todo gobierno, también los del PP, lanzan cada año una normativa en defensa del consumidor. Ninguna vale para nada pero queda bien publicarlo en el BOE. La misma Llop recuerda que ya existen muchas normas de defensa del consumidor pero ella ahora quería compilar -muy importante lo de compilar- todo en un norma.

Todo mentiroso es hiperactivo, sobre todo si se dedica a la propaganda: anteproyecto de ley orgánica para reforzar la colaboración internacional. Importantísima, naturalmente. Gran impacto en la lucha contra crímenes muy graves. Introduce la figura del agente encubierto: infiltración de policías con identidad falsa que actúan a las órdenes del juez. Ahí queda eso. Llop simplemente no miente: simplemente es una sofista recalcitrante.

Gracias a Isabel Rodríguez, el Estatuto del funcionario hablará del acoso sexual en la función pública. Esto es fundamental. Los funcionarios, ya se sabe...

Ministra de Ciencia, Diana Morant, comienza con un frase marmórea: "En Ciencia este gobierno cumple". ¡Toma ya! Presupuesto de su Plan de Trasferencia (subvenciones, vaya) será de 10.200 millones euros. Y cuidado: una empresa no puede comprar una patente para uso propio". Esto es tan absurdo que probablemente la señora ministra no sepa de qué está hablando.

Pero lo mejor viene ahora: el Gobierno podrá quitar una patente a una empresa si considera que no la está empleando con "sentido social". Como diríamos en Asturias: ¿Y eso de sentido social que yé, oh?

Se lo explico: vuelve la inseguridad jurídica: ¿qué empresa va a invertir en una patente si luego te la pueden quitar?

Y luego el "cara yo gano, cruz tú pierdes". Morant habla de subvenciones. Y en efecto, las subvenciones públicas a extranjeros han crecido a costa del contribuyente español, pero para doña Diana eso sólo significa que "estamos atrayendo talento". Y el que quiera aprender que vaya a Salamanca.

Esto no es un gobierno sino un mecanismo de propaganda, a favor de un ególatra llamado Pedro Sánchez. Pero el TC le ha fastidiado su plan electoral. Y eso es muy grave.