Decíamos en Hispanidad que el Tribunal Supremo acordaba rebajar las penas impuestas a los jugadores del ‘caso Arandina’ como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley del ‘sólo sí es sí’ elaborada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero. El Supremo estimó el recurso del Fiscal y acusaciones y agravó las penas a los dos condenados del ‘caso Arandina’ al suprimir una atenuante analógica que aplicó el TSJ de Castilla y León, pero, al final, impuso a los acusados una pena inferior a la que habría correspondido antes de la reforma de la Ley del ‘sólo sí es sí’ de delitos sexuales. Concretamente, un año de prisión menos a la que correspondería con el texto anterior a esta Ley, al ser ahora menor la penalidad en este caso concreto y tener que rebajar la pena en beneficio del reo.

Pues bien, ahora el TS publica la sentencia del “caso Arandina” dejando constancia de que “Hay que señalar que en este caso es preciso acudir a una imposición menor de la pena que hubiera correspondido con el texto legal anterior”, esclarece la sentencia. Irene, te has lucido.

Y no será por que Patxi López no haya dado un "toque de atención a los tribunales" a este respecto. 

Volviendo a la decisión del Supremo, publica La Razón que los jueces señalan que deben revisarse todos los casos, desde los asuntos que estén pendientes de juicios hasta aquellos que ya tengan fallo firme: “Un proceso de revisión de penas no solo a las que se encuentren en fase de ejecución, sino, también, a las que se encuentren en fase de dictado de sentencia, bien en plena terminación de juicio oral, bien en virtud de resolución de recurso de apelación o de recurso de casación, valorando si la pena a imponer puede ser más beneficiosa”. El 2023 promete...

La repercusión de la ley de Libertad Sexual de Montero está siendo tal que no es la primera vez que se pide la dimisión de la titular de Igualdad. 

Incluso desde los platós de televisión, periodistas como Vicente Vallés explican los pormenores de una norma que está beneficiando a los violadores. 

Y mientras tanto, silencio de Montero: Irene ¿por qué te callas?