Vox denunció el derribo de la cruz de Son Servera (Mallorca) por el Ayuntamiento que dirige la socialista Natalia Troya el pasado jueves 22 de octubre. La excusa de la edil socialista fue que se trataba de una cruz 'franquista', por lo que apeló a la ley de Memoria Histórica. Y lo hicieron al lírico grito de “a tomar por el culo”, recoge Manacor Noticias

En una nota de prensa, el conseller de Vox en el Consell de Mallorca, Toni Gili, afirmó que esta demolición no cuenta con el informe pertinente y se ha preguntado si el Consistorio "hubiera tenido la misma valentía para tirar una media luna musulmana". A su juicio, el Ayuntamiento serverí "ha tumbado una cruz cristiana desprovista de toda simbología”. Y consideró la demolición «un atentado al más puro estilo talibán». 

Gili ha recordado que el pasado 20 de junio se registró en la institución insular una solicitud para la realización de los trámites necesarios orientados a la clasificación de la cruz de Son Servera como bien catalogado. Por ello, Vox ha señalado que "se han podido realizar actuaciones contrarias a la Ley", ya que se ha procedido "de forma unilateral y sin previo aviso, a la demolición de una cruz cristiana”, que se levantaba hasta ahora en uno de los emplazamientos de la localidad, al considerar que se trataba de un monumento «franquista» incompatible con la ideología de su partido (PSIB-PSOE), y con el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, según Manacor Noticias

Dicho expediente se encuentra pendiente de la obtención de informe del Consell de Mallorca preceptivo para la continuación de su tramitación, por lo que no se podía realizar ninguna actuación con respecto a la mencionada cruz tal y como se recoge en la normativa contenida en la Ley 12/1998, de 21 de diciembre, del Patrimonio Histórico de las Illes Balears.