Estudié Periodismo en la Universidad de Navarra, entre los años 1977 y 1982. Allí conocí al historiador Gonzalo Redondo, uno de los tipos más cultos con quienes he tratado en mi vida. En Navarra sentó escuela otro grande de la historia: Federico Suárez. Grande porque supo centrar la historia en el ser humano, creado libre. Ellos y otros muchos, han sentado escuela de historiografía cristiana, lo que exige, por de pronto, no dejarse llevar por lo políticamente correcto. Ni entonces ni ahora. 

Ahora, 2021, creo, veo al historiador Pablo Pérez López dirigir un cursillo sobre formación en igualdad, con los siguientes objetivos:

  1. Visibilizar y sensibilizar sobre desigualdades de género en el trabajo.

  2. Promover el ejercicio corresponsable de la vida personal, familiar y laboral sin menoscabo de la promoción profesional.

  3. Eliminar la transmisión de estereotipos sexistas en las formas de comunicación interna y relaciones externas.

  4. Detectar, resolver y prevenir el acoso sexual y por razón de sexo, y la violencia de género en la empresa.

  5. Desarrollar la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) en materia de igualdad.

Y casi no tengo nada que decir. Sólo una pregunta: ¿Qué le pasa al Opus Dei? Esta no es la Universidad de Navarra que yo conocí. La Iglesia no tiene que adaptarse a los tiempos, quizás es al revés.