Sr. Director:
De toda la vida han existido niños que tenían gustos menos masculinos y niñas más masculinas. Si no se interviene, normalmente estas personas acaban teniendo familias sin problemas.
Pero desde hace años se ha querido convencer a los niños de que pueden elegir su sexo, cosa que es imposible porque sólo existen genes masculinos y femeninos y no se pueden modificar. Con ese fin se han probado terapias hormonales con efectos secundarios peligrosos, entre ellos la infertilidad. De manera que esas personas a menudo se arrepienten con el tiempo, cuando ya no tiene remedio, y muchos se suicidan. Nuestra sociedad no puede seguir permitiendo esta práctica, que es un abuso y una aberración.









