Sr. Director:
Del 28 de julio al 3 de agosto, jóvenes cristianos de todo el mundo se concentrarán en Roma para celebrar el llamado jubileo de los jóvenes.
A lo largo de estos días, tendrán ocasión de reunirse en diversos lugares, particularmente en las cuatro basílicas patriarcales de Roma: San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor.
En estos lugares tendrán la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios y la catequesis de la Iglesia, que en esta ocasión tratará de formarles en la virtud teologal de la esperanza cristiana, centrada en Jesucristo, el único Salvador del mundo.
Está previsto que tengan lugar varias celebraciones comunitarias de la Penitencia o Reconciliación con confesión y absolución individual.
También habrá varias celebraciones de la Eucaristía por grupos lingüísticos (en español, en italiano, en inglés, en alemán, etc.), sin dejar de lado el latín.
Desde que el Papa Francisco convocó este año jubilar de la esperanza, los jóvenes y no tan jóvenes se han preparado en sus parroquias y grupos cristianos, porque la celebración de un jubileo no se debe improvisar.
El sábado día 2 de agosto tendrá lugar en Tor Vergata una Vigilia de Oración que presidirá el Papa León, y en la que algunos jóvenes de distintas latitudes ofrecerán su propio testimonio de fe, de caridad y de esperanza.
Al día siguiente, domingo día 3 de agosto, el Santo Padre presidirá la celebración de la Misa también en Tor Vergata.
Se espera -según los organizadores- que un millón de jóvenes participe en los actos y celebraciones de este jubileo de los jóvenes en Roma.
El Jubileo 2025 es una invitación a abrir las ventanas del alma a la esperanza, el perdón y el futuro, con el lema "Peregrinos de Esperanza".
No es sólo para los que viajen a Roma, es para todos, porque todos estamos llamados a crecer en la verdadera fe, en la amistad con el Señor Jesús y en la comunión con su Iglesia, sembrando esperanza, alegría y caridad por todas partes.
Cientos de sacerdotes acompañarán a los jóvenes en su peregrinación, y también participarán en este jubileo de los jóvenes centenares de obispos, porque el obispo ha de estar cerca de sus ovejas, como Jesucristo, el único Buen Pastor de su Iglesia.
Desde aquí rezamos por los jóvenes que peregrinan a Roma y por los que no pueden hacerlo, por sus familias, por sus parroquias, por sus amigos. Rezamos también por los sacerdotes y por las vocaciones de especial consagración. Rezamos por nuestros obispos y por nuestro Santo Padre el Papa León XIV. Rezamos también por los que han perdido la esperanza y se sienten solos en la vida
¡Qué importante es que en cada parroquia o agrupación de parroquias exista una delegación o comisión de pastoral juvenil que trabaje no sólo cuando se presenta un evento tan significativo como el jubilar, sino a lo largo de todo el año!
Que la Santísima Virgen María y su esposo San José rueguen por nosotros y nos sirvan de estímulo para que en verdad seamos peregrinos de la esperanza que nunca falla.
Para nosotros la esperanza tiene un nombre: JESUCRISTO.









