¡No hay más amor, que el Amor!
Y a ese Amor, recién nacido,
que en carne, como mi carne,
se ha abajado al encarnarse,
mi amor he dado al instante,
y me ha devuelto mi amor dado,
en ese Amor suyo englobado.
 
Y en ese Amor he encontrado:
la Verdad que buscaba,
la Libertad que añoraba,
y la Alegría de ser hijo,
de aquel por quién fui creado.
 
Y entonces, me hallé amando,
como Él me ama y ha amado;
y ese Amor darlo sin medida,
y estar dispuesto a dar mi vida
por ese Amor, si fuera necesario.