Esposos, verdaderamente son dos en una sola carne,
Y donde hay una sola carne debe haber un solo espíritu.
(Tertuliano, ad uxoren 1, 2, 9, Pl. 1, 1302)
 
Ya no hay hombre, ya no hay mujer,
ya no hay padre, ya no hay madre,
ya no hay esposos, ni hay esponsales,
ahora solo hay géneros, que nadie sabe,
ahora son progenitores, aunque no paren,
ahora son parejas, igual que los animales.
Esto es lo que dicen y dictaminan,
los que creen saber, pero no saben,
solo tienen poder que no merecen,
y creen que la vida y la muerte, dominan.
Más el hombre y la mujer dan la Vida,
cuando son esposos y una sola carne viva,
y un solo espíritu, que en ella anida,
lo demás es carne muerta, que no tendrá Vida.