
Lluvia del cielo que empapa las tierras.
Al grano pudre, su interior impregna.
Después de dar vida a lo que sale fuera,
por dentro corre discreta y ligera,
para nacer en fuente,
que calma la sed de ella.
El arroyo en río se convierte,
y en la ribera sigue dando vida,
y en otro más grande muere,
y lo alimenta,
al igual que otros como él.
¡Maravilla de la tierra!
Y todos juntos ya solo en uno,
corren hacia su muerte,
que en la mar completan.
Desde allí, suben las aguas al cielo
convertidas en nubes, al sol que las calienta.
para volver a caer, volver a nacer,
y dar vida nueva al empapar la tierra.