Lo del regalo de dos libros en chino por parte del prelado del Opus Dei, Don Fernando Ocáriz, a su Santidad Francisco es algo cuyo significado último no acabo de comprender pero seguramente comprenderé algún día, en alguna galaxia, muy muy lejana. 

El caso es que el Papa Francisco ha recibido en audiencia al número uno y al número dos del Opus Dei, el español Fernando Ocáriz y el argentino Mariano Fazio, este último amigo personal del Papa desde que fuera obispo de Buenos Aires.

Como marco general de la obra en el marco eclesial, podríamos resumirlo con la frase de un miembro ya fallecido de la Prelatura: "San Juan Pablo II nos comprendía y nos quería, Benedicto XVI nos comprendía pero no nos quería, Francisco ni nos comprende ni nos quiere". Y yo no tengo nada que añadir.

Bueno sí, tengo que añadir que el anterior Prelado del Opus Dei, Javier Echevarría fue nombrado obispo, el anterior del anterior, el beato Álvaro del Portillo, fue nombrado obispo... don Fernando Ocáriz no ha sido nombrado obispo.

Es más, si el Opus Dei se pasó un cuarto de siglo luchando por la prelatura, ahora corre el rumor, y no he podido confirmarlo, que conste, de que si el Papa no hace obispo al prelado del Opus Dei es porque no entiende que sigan existiendo socios super-numerarios en la Obra. Para entendernos, los que se casan. Pues, hombre, si los socios de la Obra guardaran el celibato todo el espíritu laical de la institución se iría a freír gárgaras, serían una orden religiosa.

Mucho me temo que Francisco no entiende el espíritu laical de la Obra, ergo, tampoco entiende su crisis.

En cualquier caso, la nota oficial de Opus Dei habla de que Francisco le pidió a la obra que se adaptara a los tiempos. Otro error: la salida de la actual crisis de vocaciones del Opus Dei no consiste en cambiar sino en regresar al original, es decir, a San Josemaría.