Juan Carlos I, el Rey que abdicó y que nunca debió abdicar, celebró la Jura de la Constitución por parte de su nieta, Leonor de Borbón, durante dos horas. Llegó de Abu Dabi, bajo del avión, se dirigió al Palacio de El Pardo, estuvo poca más de dos horas en la 'fiesta familiar' de los Borbón y se marchó corriendo al aeropuerto, de nuevo camino del exilio.

Majestad Felipe VI: honre su padre, como le exige el cuarto mandamiento y libérese del Síndrome de Estocolmo, al que le somete la izquierda española. ¿O pretende que, sin cumplir ese precepto referencial, los españoles le honren a usted? Y algo parecido podríamos decir de la heredera al trono.

Lo primero: que su padre vuelva del exilio: ahora mismo. No es por él, es por usted, Señor.