Sr. Director:

El reciente Jubileo de la juventud ha transcurrido tal como el Francisco lo soñó y lo ideó cuando vivía y quizá seguramente lo haya podido contemplar desde el Cielo. Francisco como ideó y lo estructuró, y tal como su sucesor el Papa  norteamericano León XIV, lo ha consumado citándolo en los momentos más solemnes, como lo ha podido ver todo el mundo, observando las vivencias del millón largo de jóvenes, que ha encarnado su teología y espiritualidad. El jubileo de la juventud mundial ha sido un tiempo fuerte de redención y de renacimiento marcado por decisiones fuertes. Millones de peregrinos especialmente los jóvenes han vivido en Roma el deseo de un camino interior de renovación, para que, en medio de su vida cotidiana, incluso dentro de sus afanes y fatigas , vuelva a estar asida y sostenida por la esperan y la alegría como reconocían los jóvenes en sus preguntas al papa León. Todos los jóvenes como les respondió el papa León a  sus reclamos, llevan en su corazón una sed insaciable de felicidad y de vida plena y, ante lo imprevisible del futuro, alimenta la esperanza de no sucumbir a la desconfianza, al escepticismo y a la muerte. Los jóvenes reclaman que no ser solo el futuro de la Le iglesia, sino que son la juventud del papa ahora, como les recordaba habitualmente el papa Francisco en las jornadas de la Juventud en Brasil y en Lisboa. La esperanza de los jóvenes les dijo el Papa León +está en Cristo, que sale al encuentro de la llama de este anhelo, que habita en los jóvenes. Por eso la vida cristiana debe   ser un camino, que necesita también momentos fuertes para aumentar la esperanza compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús. Este Jubileo juvenil como quería el papa Francisco ha sido el jubileo de la ESPERANZA, como también lo proclamaba varias veces el Papa León en sus alocuciones frecuentes.

Roma ciudad acogedora y hospitalaria ha recibido a los incontables jóvenes con medidas extraordinarias en todos los aspectos y acontecimientos en iglesias, colegios, familias  particulares. La ciudad Eterna ha respondido a todas las exigencias que se le pedían para el acontecimiento tan importante como es el Jubileo, La ciudad embellecida durante siglos, ha dado un ejemplo a todo el mundo de la belleza y la historia cristiana que forjó. Un ejemplo ha sido el famoso Coliseo, que después de 2000 años ha pasado de ser lugar de martirio, persecución y derramamiento de sangre inocente, a lugar donde los jóvenes penitentes han recibido la absolución penitencial por numerosos sacerdotes. En Roma han vuelto a sonar por sus calles la alegría del canto: “Roma inmortal con Mártires y santos; donde no ha prevalecido: LA FUERZA DEL TERROR, SINO EL REINO DE LA  VERDAD Y AMOR”.