A lo mejor el enfrentamiento entre Sánchez y Milei va más allá de lo personal
Lo decían en la cuenca minera asturiana los mineros de los años sesenta del pasado siglo, cuando la inmigración castellana y extremeña fluían hacia aquella Asturias del carbón, el acero y la ingente masas de estibadores portuarios. Lo decían en referencia a los castellanos que llegaban, desertores del arado, a mi tierra en busca de empleo:
-Estos castellanos qué raros son: les llamas hijoputa y se enfadan...
Para mí que algo así le ocurre a nuestros nunca bien loado canciller José Manuel Albares con el presidente argentino Javier Milei: Este tío, qué raro es; le llamas delirante, loco, majadero, fascista, ultra, populista... ¡y va y se enfada! ¡Qué susceptible!
Porque claro, el Sanchismo es ejemplo insigne del principio totalitario de que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad así como de ese otro que expresaba una militante socialista: "no hay mentiras, eso es un concepto religioso". Por tanto, seguirá insistiendo en que España, el país con más paro de toda Europa y de toda la OCDE, es líder en la creación de empleo y seguirá insistiendo en que Javier Milei llamó a corrupta a Begoña Gómez por que sí, porque le dio la ventolera.
Este Milei es muy raro: le llenas de fango, lodo y barro y, sólo por eso, le llama corrupta a la honradísima Begoña y cobarde a nuestro héroe Pedro.
Inaceptable.
Así que, ¿qué fue lo que provocó la guerra diplomática entre Argentina y España? Sí, por eso que están pensando: Sánchez insultó a Milei en plena campaña electoral porque pensaba que Sergio Massa iba a ganar. Sólo que no fue así.
Y claro cuando a Milei le sale el porteño que lleva dentro, estalla y se pasa dos pueblos. Sí, te has pasado Milei, porque un caballero deja en paz a las señoras de los demás. Eso sí, Milei no ha ofendido a España o a los españoles, sólo a su presdiente. Ahora bien, el rasgado de vestiduras socialista resulta, cuando menos, curioso. Esto es lo de los niños: ¿Quién empezó?
Argentina es el primer país relevante que se opone al tratado de pandemia de ONU. Tras la experiencia del Covid, el NOM sabe que, tras el confinamiento Covid, la gente entregará su libertad con tal de salvar su vida
Javier Milei, como buen argentino, es brillante y extravagante. Su gusto por lo atrabiliario no gusta al sentir español pero su brillantez debería gustar. Es un personaje que pone en berlina toda la política del Sanchismo, basada en el protagonismo excesivo de un gobierno que reparte limosnas públicas con el dinero de los demás, es decir con cargo al presupuesto público, engordado, claro está, a costa de freír a impuestos a la clase media. A Sánchez no le gusta un ejemplo vivo que pone en solfa todo su modelo de hacer política.
Al mismo tiempo, es un personaje que tiene bien claro dónde está el mal.
Por ejemplo, Argentina es el principal país que por ahora se ha opuesto, al Tratado de Pandemias del Nuevo Orden Mundial (NOM) que pretende crear su principal gobierno mundial totalitario en la OMS.
Tras la experiencia del Covid, el NOM sabe que, tras el confinamiento Covid, la gente entregará su libertad con tal de salvar su vida... y con ello perderá libertades y es posible que también la vida. En cualquier caso, el miedo a morir provoca siempre dos fenómenos: ya no se vie se sobrevive... y el aprendiz de tirano encuentra terreno abonado para el totalitarismo.
Por supuesto, en la España de Sánchez y me temo que también en la futura de Feijóo, quien aún fue más duro que Sánchez con sus presuntas políticas contra el coronavirus en Galicia, está con el Tratado de Pandemias de la ONU. Milei no. Y encima no se calla. Se enfrenta a Sanchez. Así que este ha recurrido a lo de los mineros de mi pueblo: Estos argentinos qué raros son: les llamas hijoputas y te insultan...
A lo mejor el enfrentamiento entre Sánchez y Milei va más allá de lo personal.
