• "Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que vendrá más tarde".
  • "El cordón umbilical es demasiado corto. La vida después del parto es imposible."
  • Así se teje un relato -con ingenio- para explicar la existencia de Dios y algo más.
Así es como un escritor húngaro explicó la existencia de Dios. De ese modo y con ese suspense circula el siguiente texto por las redes sociales y los teléfonos móviles -vía whatsApp, naturalmente-, que algo bueno han de tener entre tanta tecnología depredadora. No necesita mucho preámbulo. El relato es breve, a modo de diálogo entre dos niños que no han salido del vientre de su madre. Hay mucho ingenio, tanto en su hilo argumental como en sus conclusiones. Ahí va: En el vientre de una mamá había dos bebés. Uno preguntó al otro: "¿Tú crees en la vida después del parto?" El otro respondió: "Claro que sí. Tiene que haber algo después del parto. Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que vendrá más tarde." "Tonterías", dice el primero. "No hay vida después del parto. ¡Qué clase de vida sería esa?" El segundo dice: "No lo sé, pero habrá más luz que la que hay aquí. Tal vez podremos caminar con nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas. Tal vez tendremos otros sentidos, que no podemos entender ahora." El primero contestó: "Eso es un absurdo. Caminar es imposible.  ¿Y ¡comer con la boca!? ¡Ridículo! El cordón umbilical nos nutre y nos da todo lo que necesitamos. El cordón umbilical es demasiado corto. La vida después del parto es imposible." El segundo insistió: "Bueno, yo pienso que hay algo y tal vez sea diferente de lo que hay aquí. Tal vez ya no necesitemos de este tubo físico." El primero contestó: "Tonterías, además de haber realmente vida después del parto, entonces ¿por qué nadie jamás regreso de allá? El parto es el fin de la vida y en el pos parto no hay nada más allá de lo oscuro, silencio y olvido. Él no nos llevará a ningún lugar." "Bueno, yo no lo sé", dice el segundo, "pero con seguridad vamos a encontrarnos con Mamá y ella nos cuidará." El primero respondió: "¿Mamá, tú realmente crees en Mamá? Eso es ridículo. Si Mamá existe, entonces, ¿dónde está ella ahora?" El segundo dice: "Ella está alrededor nuestro. Estamos cercados por ella. De ella, nosotros somos. Es en ella que vivimos. Sin Ella, este mundo no sería y no podría existir." Dice el primero: "Bueno, yo no puedo verla, entonces, es lógico que ella no existe." El segundo le responde a eso: "A veces, cuando tú estás en silencio, si te concentras y realmente escuchas, tú podrás percibir su presencia y escuchar su voz amorosa allá arriba." El texto se cierra como al principio: Así es como un escritor húngaro explicó la existencia de Dios. Rafael Esparza