- El titular de Sanidad es un ministro muy progresista: prepara medidas contra la brecha salarial entre hombre y mujer.
- Es la progresía, con su odio a la maternidad, la que realmente margina a la mujer.
- Y un plan para la mujer rural, en lugar de para la mujer rural... y madre.
La cosa empieza a resultar patética. Hace seis meses que al PP se le terminaron las ideas, así que ahora toca hacernos los progres.
Por ejemplo, el
ministro Alfonso Alonso, un ministro progresista (
en la imagen), ha decidido entretener a sus ocios de fin de legislatura con un plan para superar la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Es ésta una cuestión sin duda importante… si fuera real. Quiero decir que, a igual cargo, igual salario, y si no, estamos ante un delito, un engaño, que debe terminar en los tribunales, como cualquier otro tipo de hurto.
Pero la diferencia salarial, a igual posición, no está legitimada ni institucionalizada en España… como es lógico. Sólo faltaba.
Entonces,
¿no es cierto que los hombres cobran más que las mujeres? Sí, es cierto. En primer lugar porque copan más puestos directivos y los directivos cobran más que sus subordinados. En segundo lugar, porque entre las mujeres abundan las que escogen jornada reducida. Otra cosa es que resulte injusto. Lo de la brecha salarial es una tontuna progre asentada en un hecho falso. Y cuando es cierto, a los tribunales.
Ahora bien,
¿es cierto que la mujer está discriminada respecto al hombre en el terreno laboral? Sí, lo está, pero no exactamente la mujer, sino la mujer-madre. O la mujer madre potencial. Es cierto que las empresas dirigidas por hombres -e igualmente por mujeres, me temo- no quieren contratar mujeres porque pueden quedarse embarazadas. Es el odio a la maternidad, característica fundamental de la progresía, la que realmente margina a la mujer. Insisto, en el siglo XXI la marginada no es la mujer sino la madre.
Otrosí: el señor ministro también pretende un plan en beneficio de la mujer rural. La mujer rural, al igual que la mujer urbana, son ante todo mujeres. Y en concreto, la mujer rural ha vivido del trabajo familiar, el mismo del hombre, antes que ambos abandonaran el campo y se idiotizaran en las macrourbes. Pero la marginación de la mujer rural es la misma que la del hombre rural… y además la maternidad.
En efecto, la mujer está marginada laboralmente, pero se trata de una marginación natural y formidable, sin la cual no existiría la especie humana. Es ahí donde el Estado debe ayudar a la mujer madre y no vendernos las 'chuminás', más o menos eufónicas, de la brecha salarial o de la marginada mujer rural.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com