• Las iglesias cristianas deben tener patrimonio, pero la menor liquidez posible.
  • Y no necesitan maximizar beneficios.
  • Le basta con cubrir sus necesidades de financiación.
  • Para evangelizar, se entiende.
Las iglesias anglicanas disponen de un fondo de inversión que mueve 9.000 millones de euros. Invierte, incluso de forma arriesgada, para no perder capital y el pasado año obtuvo un beneficio del 8%. Por ese porcentaje más de uno se daría con un canto en los dientes. Esto es, el fondo de los anglicanos opera con ansia de maximizar beneficio en los mercados. Lo cual es muy lógico: si inviertes en bolsa es para obtener el mayor beneficio posible, Si no, pues no inviertas y en paz. Y tampoco se escandalicen por la cifra: a fin de cuentas, una institución centanaria, con templos erigidos con el esfuerzo de tantos fieles a lo largo de los siglos, puede y suele tener ese patrimonio y mucho más. Y lo necesita: los templos y otras instituciones son foco de evangelización. Ahora bien, una iglesia cristiana debe tener todo el patrimonio que sea necesario pero la menor liquidez posible. Y aquí estamos hablando de liquidez. Liquidez solo la necesaria para afrontar los gastos diarios, no para obtener rendimientos financieros que, a día de hoy, no dejan de tener un componente especulativo. Para ser exactos, cuanta menos mejor y a confiar en la Providencia, que ahí está el busilis de la cuestión. Eulogio López eulogio@hispanidad.com